Opinión

La reforma del Estatuto demuestra el bajo perfil democrático de Cospedal

“Por sus obras los conoceréis”, decía Mateo 7, 15-20, hace casi dos mil años. Esta máxima evangélica se puede utilizar para examinar a nuestra presidenta regional, Doña María Dolores Cospedal. Pongamos un ejemplo reciente para analizarla.

“Por sus obras los conoceréis”, decía Mateo 7, 15-20, hace casi dos mil años. Esta máxima evangélica se puede utilizar para examinar a nuestra presidenta regional, Doña María Dolores Cospedal. Pongamos un ejemplo reciente para analizarla.

El pasado 27 de junio, la mesa de las Cortes Regionales habilitaron el mes de julio  como periodo extraordinario de sesiones, tras la petición del grupo popular.

Con los problemas que están asfixiando a miles de familias castellanomanchegas, cualquier persona de bien podría pensar que los distinguidos diputados y diputadas, en este periodo, propondrían soluciones para acabar con el desempleo, cuya tasa en nuestra región es del 31,51%, alcanzando entre los menores de 25 años el 64,33%; o a la sanidad, para reducir la listas de espera quirúrgica; o una propuesta para los que precisan de las ayudas de la Ley de Dependencia; o incluso, podría haber sido para abordar la situación de desesperación que han llevado a unos padres a abandonar a sus hijos en el Ayuntamiento de Talavera de la Reina, y que ha creado una alarma social en todo el país.

Pero no, el PP, con su presidenta, Doña María Dolores de Cospedal a la cabeza, habilita el periodo extraordinario de sesiones para, aprovechándose de la época estival, reformar el Estatuto de Castilla-La Mancha. La reforma tan solo pretende reformar la Ley Electoral. En definitiva, y dicho en roman paladino, para mantenerse en el poder de forma ilegítima.

Y decimos que es ilegítima, porque va a modificar a su conveniencia las reglas de juego básicas sobre las que se sustenta la representación soberana del pueblo, sin contar con mayoría para ello. Ya sería discutible que con la mayoría absoluta de la sociedad pudiera cambiarla unilateralmente, pero es inadmisible que lo haga sin tener esa mayoría.

Se debe recordar, que en las últimas elecciones autonómicas, el PP obtuvo 564.335 votos, es decir, el 36,05 % del censo electoral de Castilla-La Mancha que era de 1.565.495. El PP tiende a olvidar los votos a otros partidos, la abstención, los votos en blanco y nulos, que a su pesar, también deben tenerse en cuenta. Que Cospedal tenga la mayoría en las Cortes Regionales es como consecuencia de la actual Ley Electoral socialista, ya de por sí injusta y antidemocrática, que entre otros dejó a IU, y a sus 44.208 votantes, sin representación en el órgano legislativo. De no haberse producido esta distorsión democrática el grupo popular y su presidenta no contaría, actualmente, con mayoría absoluta.

Cospedal puede estar actuando bajo el paraguas de la legalidad que la Ley Electoral socialista le proporcionó, pero su reforma estatutaria es ilegítima, porque no viene avalada por la mayoría de la ciudadanía. Y desde luego, lo que el PP no puede hacer es abogarse el papel de conocer la voluntad del pueblo, y decir, que la inmensa mayoría de los castellanomanchegos quieres la reducción del número de parlamentarios, porque aparte de ser una presunción sin ningún tipo de apoyo racional, es mentira.

Y lo afirmo con la misma rotundidad con la que la presidenta regional se niega a someter la reforma a un referéndum. Si estuviera convencida de lo contrario no se comprende su obcecación a no someter la reforma estatutaria a la voluntad de los votantes, máxime cuando los mínimos principios democráticos exigen que la reforma del Estatuto deba contar con el apoyo de los ciudadanos, como se ha hecho en otras comunidades autónomas.

En Izquierda Unida siempre hemos defendido una Ley Electoral que permita que las Cortes Regionales represente la voluntad de la sociedad castellano manchega, de toda la pluralidad política y de su diversidad social, que nunca ha tenido representación por una injusta Ley Electoral que ha entronizado el bipartidismo, representado por el tándem PP-PSOE. Pero, actualmente, la sociedad ha expresado y expresa su hartazgo por dicho bipartidismo que les ha llevado a una sociedad donde el paro, la corrupción y la troika campan por sus anchas.

La alternativa a la injusta actual Ley Electoral, que es la que menos representatividad otorga a sus ciudadanos de todo el Estado español, no puede ser otra que aún lo reduce más.

Doña María Dolores Cospedal, ejerza como demócrata, y si cree conveniente limitar la representatividad de la sociedad castellanomanchega en la Cortes Regionales, hágalo democráticamente y sométala a la voluntad del pueblo promoviendo un referéndum. Si no lo hace podremos aplicar la locución, “Por sus obras los conoceréis”, para poder calificarla de antidemócrata.  A la misma conclusión llegaríamos aplicando otra máxima, la de “el análisis concreto de la realidad concreta”, en este caso de Karl Marx.

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