Opinión

La democracia que está por llegar

En este tiempo donde España y Europa vive una de sus crisis más profundas que se le recuerdan donde la volatilidad de los mercados convierte a la ciudadanía en auténticos “conejillos de indias” para experimentar todo tipo de atrocidades que hasta la fecha no están produciendo el cambio real que se necesita, me dispongo a reflexionar y exponer el tipo de Democracia que, a mi juicio, se necesita en el siglo XXI

En este tiempo donde España y Europa vive una de sus crisis más profundas que se le recuerdan donde la volatilidad de los mercados convierte a la ciudadanía en auténticos “conejillos de indias” para experimentar todo tipo de atrocidades que hasta la fecha no están produciendo el cambio real que se necesita, me dispongo a reflexionar y exponer el tipo de Democracia que, a mi juicio, se necesita en el siglo XXI.

Si atendemos a la Democracia Española, vemos cómo no se diferencia mucho de las grandes democracias europeas y es que lo que se fomenta es un bipartidismo que no nos ha llevado más que a crear una extraña política “de compadreo” y no de soluciones reales para los ciudadanos, que es lo que realmente queremos todos.

Seamos críticos y analicemos lo que ahora tenemos y no es otra cosa que las cenizas de un tiempo mejor y como cenizas que son, estas ya no dan el “calor” necesario para que una sociedad como la nuestra pueda avanzar, cuando es justo lo que se necesita y como consecuencia tenemos los grandes fracasos que son el caso Gürtel, Bárcenas, los ERE de Andalucía, etc. que no son sino la maldita gangrena que sufre nuestro país actualmente.

Necesitamos unos partidos políticos mucho más abiertos y no lo que hoy son: un conjunto de fuerzas endogámicas arrodilladas a los pies de los mercados, donde destaca más el marketing de campañas inútiles porque en realidad, no son solución alguna para los problemas que hoy tenemos (paro, sobre todo juvenil siendo en España uno de los más altos de Europa, miseria, hambre, trabajo precario en caso de haberlo gracias a una ineficaz reforma laboral, crisis energética provocada por los intereses de grandes empresas que buscan su propio beneficio aún a costa de subir los impuestos de la electricidad con el consiguiente perjuicio para los ciudadanos y otros asuntos que pasaré a detallar más adelante).

Que nadie se lleve a engaño puesto que estamos en un tiempo duro tomando decisiones equivocadas gracias a que tenemos a los políticos equivocados para dirigir los designios de Europa y de España en concreto. No podemos estar contentos cuando Europa la comanda un señor como Mario Draghi que es poco menos que decir que es un zorro al cuidado de las gallinas aunque a decir verdad, es lo que corresponde decir en este momento y que me perdone quien lo lea pero no hay mayor gallina que un gobernante que es capaz de romper las estructuras básicas del Estado (Sanidad, Educación, Pensiones, Energías Renovables, PYMES, etc.) con tal de satisfacer la necesidad de los “tiburones” que pululan por el ambiente, que pocos conocen pero que sabemos todos que existen (miren si no, cómo cuando un producto llega a un vendedor el precio que tiene, gracias a la habilidad malévola de los intermediarios que son capaces de pagar una miseria al productor, normalmente pequeño y humilde, y venderlo a una cantidad desorbitada al vendedor y a su vez, vender por último al consumidor a una fortuna dicho producto).

¿Y por qué hablo de Democracia y lo entremezclo con la Economía? Pues porque hoy día ésta no puede entenderse de forma separada de la segunda, tanto es así que el valor del voto es poco menos que nulo por culpa de una Ley Electoral anticuada que garantiza un sistema de “clases”, de “clanes” donde satisfacer a unos pocos (los mercados financieros)  gracias a la nula capacidad de crítica que los que ahí están tienen (“el que se mueve no sale en la foto ” como diría Alfonso Guerra).

Quiero ser de nuevo especialmente crítico con el sistema que tenemos donde los medios de comunicación llamados “grandes” cumplen un papel importante para el mantenimiento de este “pseudosistema” dado que al ser empresas en general multinacionales sostenidas todas ellas por capital privado, recogen todo aquello que “el Imperio” quiere oir, apartando a todos los que queremos aportar algo en esta vida, dado que al ser críticos poco menos que se nos trata de “apestados sociales” y desde luego, tengo claro que más vale ser crítico que sumiso porque el crítico será admirado siempre por tener criterio propio por una gran mayoría y el sumiso será admirado por los pocos, esos pocos que hoy manejan “el cotarro”.

Me parece importante que se hable de regeneración democrática, tanto es así que es más que necesaria la refundación de ésta empezando por los partidos (hace tiempo que la llevo pidiendo para mi Partido, el PSOE) pero la sordera y ceguera es tal que ni leyendo las encuestas son capaces de ver la cruda realidad: lo que hay ya no sirve y por tanto, hay que cambiarlo de arriba abajo.

Si nos adentramos a la ventana enorme que es Internet descubrimos infinidad de noticias que los grandes medios ocultan, y si lo hacen es porque sencillamente no interesa no vaya a ser que “se hieran sensibilidades” sin darse cuenta de que dichas sensibilidades no están heridas sino directamente tocadas de muerte.

La falta de ética se traduce en las nulas explicaciones que tanto Gobierno y oposición están dando a la ciudadanía jugando con ésta como títere propicio para hacer y deshacer a su antojo, por eso, cuando vemos a personas que se salen del guión dictado por las grandes empresas políticas que hoy día son los principales partidos de España, suenan como ese viento fresco que te posibilita ver que otro mundo es posible aunque hoy sea una quimera.

Que se vayan todos, dicen algunos pero yo añado: que se vayan todos los que sobran y entren todos aquellos que hacen falta para avanzar porque esto ya es insostenible aunque su entrada no llegará de la mano de la ilusión ya que ésta tardará en recuperarse como la confianza por culpa de los que ahora están y dicen gobernarnos. 

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