Opinión

El relato y el relator

La idea del relator, o como quiera se llame, esa figura no es del Gobierno. Es del independentismo catalán que lo que quiere es un mediador internacional, pretensión absolutamente fuera de lugar. En un intento indisimulado, y también fuera de lugar, de contentar a los socios de moción de censura, el Gobierno se inventa lo del relator, ignorando que el secesionismo nunca va a tener bastante. Solo se moderará cuando pierda en las urnas. Todo lo que no sea un triunfo en las urnas es intento baldío, pero como unos y otros necesitan tiempo, aquí no pasa nada, que diría Carmen Calvo.

Las últimas horas han sido laberínticas. Culminaron con una rueda de prensa de la vicepresidenta que resultó ser una comparecencia rocambolesca. Y esto es lo que ocurre en política cuando las cosas no se entienden a la primera o, como ha ocurrido ahora, se le entiende tan bien que luego viene el pasmo. ¿Se habría hablado del relator si ERC no presenta una enmienda a la totalidad? Es posible que sí, pero se hubiera hecho de otra manera. Es una obviedad que los intentos del Gobierno por retener a sus socios de moción de censura son permanentes, continuos, opacos, confusos. Se entiende mejor a Elsa Artadi que a Carmen Calvo.

En cualquier caso la figura del relator ayuda al relato independentista y ahí está el quid de la cuestión. Se trata de mantener una clara complacencia con la vana esperanza de que los independentistas van a renunciar a su estrategia de situar a España como un Estado opresor, o dejar de reivindicar como derecho humano el derecho de autodeterminación. A esto hay que añadir el documento de 21 puntos dado a conocer por la Generalitat y que el Gobierno dice que es cosa de ellos, que hablan solos porque ellos, el Ejecutivo, lo ignora.¿Se puede ignorar y ocultar un documento semejante? Este documento contextualiza una situación que el Gobierno no ha calculado bien. Basta con echar un vistazo al interior del PSOE. La incomodidad es evidente. Los barones tiemblan ante las elecciones de mayo y por mucho que Page se lamente, el consejo territorial del PSOE no se va a reunir porque ni Sánchez ni Ábalos lo van a convocar.

El relator ayuda al relato de quien en su momento para Pedro Sánchez era el Le Pen español. Ayuda a que el independentismo alimente sus expectativas. Ayuda a fortalecer a quienes han llevado al Estado a una situación sin precedentes. Son tan suaves en sus modos que ellos no crispan, solo colocan al Gobierno y al propio Estado en situación límite. Es sorprendente que ante el reto secesionista nada menos que el PSOE culpe mas a la oposición que a los protagonistas directos del desafío secesionista de la crispación.

Ahora el problema serio de España no es el independentismo. No, ahora, para muchos, el problema, lo grave, lo alarmante es que las llamadas "derechas" salgan a la calle el domingo. Se puede criticar la iniciativa y el lenguaje duro y crudo de Pablo Casado, pero si el Gobierno cree que para la ciudadanía el problema es la manifestación es que, definitivamente, están fuera de la realidad. Decir como dijo Carmen Calvo que hay un clamor por el diálogo con los independentistas es eso, es estar fuera de la realidad. La ciudadanía lo que si está es harta del asunto y desconcertada, como los propios socialistas, con un Gobierno que no ha medido bien las consecuencias de una decisión, la del relator, que teniendo en cuenta las explicaciones de Calvo sería un mero organizador. Guerra dijo que por qué no una grabadora...

El Gobierno nunca debería haber aceptado esta idea aunque se trate de un nacional. Después de cuarenta años de democracia, los partidos políticos, cuando quieren, negocian y negocian bien. Se bastan a sí mismos. Pero, en fin... lo del relator es, según las voces oficiales, algo menor, irrelevante, y que Rajoy también tuvo sus mediadores. No eran mediadores, eran sus enviados, sus representantes. No había trampa ni cartón. Ahora nos encontramos con una mesa de partidos que gestionan Calvo en Madrid y Artadi en Barcelona. El Gobierno se hace una trampa en el solitario al tratar de trasladar a la opinión publica que lo gordo, lo serio, lo alarmante es la posición del PP y Ciudadanos.

Aquí no se habla de legalidad o ilegalidad, ¡solo faltaba! Hablamos de política y la política es el arte de lo posible -no de lo imposible- y de la no confusión.

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