Opinión

No habrá cien días

El nuevo, en las formas, aunque continuista en el fondo, Gobierno de Rajoy no tendrá los cien días de cortesía que la oposición suele dar a los ejecutivos que echan a andar. Parece lógico que sea así porque después de un año de gobierno en funciones, sólo faltaría que ahora hubiese que alargar ese periodo "de gracia" tres meses más. El Gobierno tiene que ponerse ya a gobernar y la oposición a lo suyo: a controlar al Ejecutivo y a ejercer el papel que en una democracia parlamentaria le corresponde a los grupos que están en la oposición.

El primero que es consciente que no lo tendrá nada fácil es el propio presidente del Gobierno. Con sus 137 diputados, a 39 de la mayoría absoluta, tendrá que pactar todo, absolutamente todo, lo que su Ejecutivo lleve al Parlamento. De entrada tiene firmado un acuerdo de investidura con Ciudadanos que contiene 150 medidas de todo tipo, y que el partido de Albert Rivera ya se ha apresurado a recalcar que exigirá su cumplimiento, o en caso contrario, no apoyará al Gobierno de Rajoy. Fuera de Ciudadanos y de la única diputada de Coalición Canaria, el Ejecutivo del PP no tiene a día de hoy asegurado ningún apoyo más. Por eso, su tarea fundamental tendrá que ser buscar constantemente el acuerdo parlamentario.

Teóricamente, para algunas cuestiones, un posible socio e interlocutor del Gobierno debería ser el PSOE, pero la situación en la que se encuentra actualmente este partido, sumado al hecho que tendrá que hacerse perdonar ante su militancia, mediante el ejercicio de una oposición implacable, el haber propiciado mediante la abstención la investidura de Rajoy, hace de los socialistas un socio casi imposible. Con los partidos nacionalistas/independentistas catalanes, poco o ningún margen de pacto tendrá el PP y en ese caso sólo quedaría el PNV, pero los nacionalistas vascos tampoco le pondrán las cosas fáciles a Rajoy. En dos semanas, Urkullu será investido lehendakari con los votos del PSE y a continuación formará un gobierno de coalición en Vitoria con ellos.

Por tanto, habrá que ir viendo día a día, semana a semana, como se desenvuelve el nuevo escenario político en el que ya no hay mayorías absolutas, y donde el acuerdo, la negociación y el pacto serán las herramientas imprescindibles para gobernar. Y teniendo en cuenta los precedentes vividos con Rajoy en su primera legislatura en la Moncloa, donde por mor de su mayoría absoluta, hizo lo que quiso y como quiso, habrá que esperar a ver si ha entendido, con hechos y no sólo con palabras, que estamos ante una nueva etapa en la que o pactas o no tienes nada que hacer. De eso dependerá que la legislatura que acaba de arrancar sea más o menos duradera.

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