Opinión

Ser califa en lugar del califa

Recuerdo unas historietas que se publicaban en los años sesenta del siglo pasado, ambientadas en el Bagdad de las mil y una noches, en donde había un visir llamado Iznogud (un juego de palabras de la frase inglesa “he’s no good”, él no es bueno) y que todo su empeño era ser califa en lugar del califa. Todas las historietas terminaban en su fracaso, pero era entretenido ver cómo conspiraba continuamente contra el califa, cuyo poder quería usurpar.

Recordaba estas historietas a propósito del comportamiento que se le ve al líder de Podemos, Pablo M. Iglesias. Por mucho que diga que quieren ganar al PP, lo que parece tenerle radiante y feliz es el resultado de las encuestas, la más reciente del CIS publicada el pasado día 9, que le augura un adelantamiento al PSOE y quedar como segundos. Cosa distinta es lo que decida el electorado el próximo día 26, como ya sucediera el pasado 20 de diciembre, cuyas encuestas predijeron algo parecido y luego no se cumplieron aquellos pronósticos.

A lo largo de todo el tiempo transcurrido desde las últimas y fracasadas elecciones, lo que ha quedado de manifiesto es que sólo ha habido dos partidos que entendieron el mensaje de las urnas de ponerse de acuerdo, al no producirse ninguna mayoría absoluta: PSOE y Ciudadanos. Ambos partidos están situados en la zona central del tablero ideológico a izquierda y derecha, flanqueados por Podemos y PP que están ubicados en los extremos de ese tablero. Éstos últimos quedaron como los bloqueadores del acuerdo, por motivos distintos pero convergentes en el resultado, imposibilitando así la formación de un gobierno del cambio, que tanto necesita España.

Sorprende que las encuestas den al PP como el partido más votado, siendo su líder el menos valorado, sin que la galopante corrupción le haga excesiva mella, sin que las polémicas leyes “mordaza” o de educación sin consenso, les parezcan afectar. Con una deuda creciente que supera el inasumible billón de euros. Sin saber a estas alturas qué piensan hacer con las pensiones: si van a reponer la bolsa que han dejado en la mitad en tan sólo una legislatura, si las van a revalorizar y cuánto y, sobre todo, sin acallar los crecientes rumores sobre un recorte en las mismas, si gobiernan.

Es el momento de las personas, el momento de demostrar lo que cada uno piensa y quiere para sí y para sus familiares y vecinos. No podemos jugar con eso pues nos va el futuro en ello. Tenemos una segunda oportunidad, aprovechémosla ahora que ya nos ha quedado más claro lo que quiere cada partido y lo que puede dar de sí. El día 26 es la encuesta auténtica, la definitiva. Hay que votar sin miedo, hay que votar con responsabilidad y con la vista puesta al frente, sin espejos retrovisores que nos distraigan de lo que tenemos por delante.

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