Opinión

Puigdemont, más cercano

La alcaldesa de La Carolina, la socialista Yolanda Reche, declaraba en el programa de RNE del día 1 de julio “No es un día cualquiera”, haberle llevado al presidente Puigdemont la partida de su abuela, nacida en aquella localidad jienense. He de confesar que me ha enternecido saber de sus raíces andaluzas. No por nada, sino porque lo hace más cercano; y no porque Cataluña esté alejada, sino porque es un reflejo de lo que es la sociedad catalana desde hace mucho tiempo. Hoy día con más mestizaje aún, dada la avalancha de personas de otros lugares del mundo.

La Cataluña de posguerra del siglo pasado se reconstruyó con la mano de obra procedente de Murcia, Andalucía, Galicia, Navarra y otras regiones españolas. Las personas procedentes de todos esos lugares encontraron en aquella región su nuevo hogar. Hubieron de adaptarse a aquellas costumbres, otras formas de entender la vida, el idioma que, aunque prohibido en esa época, era hablado en la intimidad y si se quería estar integrado en aquel lugar de acogida, había que aprenderlo. Los hijos o los nietos que les nacieron en Cataluña ya eran de allí y, en ocasiones, habían de demostrar serlo más que los de ocho apellidos catalanes.

Ahora bien, con independencia de apellidos o de las circunstancias personales de quienes pueblan Cataluña hoy en día, lo cierto es que comparten idiomas (catalán y castellano), sentimientos e intereses y quieren ser tenidos en cuenta, tal y como son. La cuerda se ha ido tensando con el ninguneo de Rajoy, quien suele dejar que los temas que no le gustan los resuelva (o no) el tiempo. A ese tiempo, Puigdemont le ha puesto fecha: el próximo día 1 de octubre. Ha proclamado de manera unilateral un Referéndum para que la gente, su gente, decida si quiere seguir integrada en el conjunto de España o se quiere separar.

De los políticos depende si quieren seguir teniendo cercano o no a Puigdemont. A lo mejor hay que ayudar a Rajoy a entender de qué va la ecuación de Cataluña en el conjunto de España. Hay mucho en juego y no conviene trivializar el asunto pues es muchísimo más lo que nos une que lo que nos separa. Hay un maravilloso mestizaje de apellidos y procedencias en todo el país y cada vez más; solo tenemos que respetarnos y avanzar en construir y aprovechar las sinergias propias de quienes se entienden.

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