Opinión

Objetivo salvar a Grecia

El próximo domingo, día 5 de julio, Grecia celebra un referéndum para que el pueblo decida sí o no a las propuestas de la Troika para recibir una ...

El próximo domingo, día 5 de julio, Grecia celebra un referéndum para que el pueblo decida sí o no a las propuestas de la Troika para recibir una ayuda de 15.500 millones de euros. Ayuda que les serviría para sobrevivir financieramente hasta finales de noviembre. La petición del referéndum por parte del primer ministro griego, Alexis Tsipras, ha supuesto que los negociadores europeos le cerraran las puertas a las conversaciones. Pero, ¿qué es lo que le pide la Troika a los griegos? Quieren que les bajen las pensiones, quieren un IVA del 23%, incluso en los alimentos, y quieren que los trabajadores pierdan sus derechos laborales. Como es evidente que ese no es el programa con el que resultó elegido el señor Tsipras, parece normal y hasta decente que les pida refrendo a sus compatriotas.

La pregunta es si haciendo Grecia todo eso podría pagar la deuda. Los economistas del FMI, del BCE y de la Comisión Europea (la Troika) sabrán la respuesta después de hacer sesudos estudios sobre probables escenarios, y simulaciones con potentes programas informáticos. Una forma más llana es la que pensamos muchas personas, medianamente informadas, y tiene que ver con el dicho andaluz: lo que no puede ser, no puede ser y, además, es imposible. Es cierto que Grecia tendría que hacer algunos deberes, como disponer de catastro para cobrar el IBI, impuesto que no se paga en aquel país, así como otros. Pero la situación a la que les han llevado los últimos gobiernos, de mala gestión económica y compras desorbitadas de armamento a países como Alemania y Francia, ahora la tiene que pagar el inocente pueblo heleno. Tampoco fueron ciertas las cifras que dieron para ingresar en la UE y que les fueron admitidas, se sospecha que sabiéndolo. Por lo tanto, debería ser una responsabilidad compartida.  

El presidente Obama ha telefoneado a Angela Merkel, instándola a evitar que Grecia abandone el euro. El presidente americano tiene una visión mucho más amplia que la canciller alemana y la Troika. Si la UE empujase a Grecia hacia afuera, ésta caería por su propio peso en brazos de Rusia, con cuyo presidente, Putin, ya ha firmado unos recientes acuerdos económicos. Acuerdos que incluyen la construcción de un ramal del gasoducto ruso a Turquía. Recuérdese que a finales de la Segunda Guerra Mundial, la cumbre de Yalta entre los presidentes de la antigua URSS, Gran Bretaña y los EE.UU., situaron a Grecia en el área de influencia occidental, aunque momentos hubo durante las conversaciones que la situaron en el bloque soviético. Para Putin sería un éxito tener una nueva salida al mar por el sur para su flota mercante y, evidentemente, para su Armada. Y sin mover un soldado.

Si la UE y la moneda común resultaran gravemente heridas por la salida de Grecia del euro, España quedaría herida de muerte pues tiene una deuda que supera el billón de euros. Si hiciéramos lo que los griegos, ir todos a sacar nuestro dinero a los bancos, se produciría aquí el mismo corralito. No lo hagan. Ante un escenario como la salida de Grecia, ni los más potentes ordenadores podrían prever las dimensiones de algo sobre lo que no hay precedentes. Esperemos que la cordura se imponga y se respete lo que democráticamente decida el pueblo soberano, no sólo el griego, sino el del conjunto de de la, todavía, Unión Europea.     

 www.casimiropastor.blogspot.com

Comentarios