Opinión

Draghi, Drácula para los alemanes

El Banco Central Europeo decidió este jueves poner en marcha una serie de medidas de política monetaria como bajar al -0,5% la tasa a los depósitos bancarios con un sistema de dos niveles o la compra neta de activos dese noviembre por un tiempo indefinido. Explicó su presidente, Mario Draghi, que el debilitamiento de la economía está a la vista y que los gobiernos con margen deben actuar. Indudablemente, el italiano, al que por cierto le quedan dos telediarios en el cargo, se refería especialmente a Alemania, uno de los más críticos. Y, también, el que a pesar de que ahora sus menores exportaciones le están pasando factura (es muy probable que en el tercer trimestre entre en recesión) goza de una posición privilegiada. Su deuda sobre PIB está por debajo del 60% y sus cuentas públicas gozan de un superávit que ronda el 3% del PIB.

Esta “invitación” de Draghi a que Alemania tire del carro ha sido otra vez muy mal acogida por los alemanes. De hecho, algunos medios han apodado al presidente del BCE como “Draguila, un “Drácula que nos quiere chupar nuestros ahorros”. No hay que olvidar que el país germano es uno de los que con más virulencia ha criticado la política monetaria agresiva del BCE y los tipos de interés negativos.

La realidad es que estas políticas del organismo europeo han sido desde el principio perniciosas. Los gobiernos, sobre todo los que peor han afrontado la crisis por la vía de aumentar la deuda y el déficit, España e Italia por ejemplo, se han “enganchado” a esta mala medicina de compra de deuda y tipos bajos, pero que no han hecho los deberes, las reformas estructurales que sanearan sus economías y las prepararan ante posibles nuevos reveses.

Lo que sí dejó claro el BCE es que la desaceleración económica es real y de hecho rebajó las previsiones de crecimiento para la zona. Además, pide a los bancos que den más crédito, a los gobiernos que pueden que gasten y vigilar la inflación para que no se aleje del 2%, como señala su mandato. Veremos cómo funciona y qué ocurre una vez que Mario Draghi salga de la presidencia y llegue Lagarde, que en sus declaraciones ha mostrado la intención de seguir el mismo camino.

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