Opinión

Dime de qué presumes...

Pedro Sánchez llegó por primera vez a la Moncloa tras una moción de censura al gobierno de Mariano Rajoy. Había que echar al PP para regenerar la democracia e imponer el diálogo y la transparencia. Después ganó las elecciones, formó una coalición con Podemos y la opacidad, la falta de diálogo, la mentira y la mala gestión se han convertido en los ejes de su política. La pandemia, la economía, las vacunas, las reformas o los fondos europeos se han afrontado de espaldas a la realidad ocultando información relevante a los ciudadanos y sobre la base de la propaganda y los eslóganes tan vacíos como falsos: "Salimos más fuertes", "Nadie va a quedar atrás", "Escudo social". Desgraciadamente, a casi un año ya desde que el Gobierno reconociera el riesgo del covid, seguimos sin cifra real de fallecidos, sin ayudas a los sectores más afectados, sin mando único, sin "cogobernanza", sin un plan.

España, lo han dicho en los últimos días tanto el BCE como el FMI, está a la cola en ayudas a empresas y familias, es el país que más contracción de la economía ha sufrido en 2020, el que más tasa de paro acumula y dónde más jóvenes están desempleados. Sin embargo, el Gobierno sigue lanzando mensajes irreales, previsiones imposibles y continúa en su estrategia de machacar aún más a empresas y trabajadores con subidas de impuestos y cotizaciones. Al contrario de lo que está ocurriendo en otros países europeos, Sánchez se ha reservado el control y reparto de los fondos europeos. Nadie sabe muy bien, a estas alturas, de qué va todo este asunto. Incluso se han ocultado al Parlamento los informes del Consejo de Estado y de la Intervención General del Estado que han puesto blanco sobre negro los múltiples defectos del decreto aprobado la semana pasada.

En otro alarde de transparencia del Gobierno, tampoco sabemos con claridad qué reformas se están negociando con Bruselas y cómo afectarán, por ejemplo, a nuestras pensiones. Sí vemos que cada día el ministro del ramo va soltando ideas sobre complementos, cotizaciones o formas de calcular las subidas. Pero, ni se lleva al Congreso, ni se les cuenta a los ciudadanos si son globos sonda o realmente medidas que se han planteado en la reforma enviada a la Comisión Europea. Se nos está hurtando información relevante con el silencio cómplice y atronador de muchos medios de comunicación, sindicatos y grupos políticos. Será la transparencia de la que tanto presumen.

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