Opinión

De campaña, sin campaña

La repetición electoral parece estar más cerca. La agenda del presidente en funciones o las declaraciones de algún ministro hacen pensar que no hay ningún interés en llegar a acuerdos con nadie. Al socio preferente Podemos se le arrincona y nada hace pensar que Sánchez vaya a llamar ni a Rivera ni a Casado para ofrecerles ningún tipo de cuerdo. Siempre he dicho que es mejor no tener gobierno que un mal gobierno. Y me ratifico. El martes conoceremos las 300 medidas que el PSOE presentará en sociedad y, si muchas son ideas de los comunistas de Iglesias, sería un desastre que se aprobaran. Y mucho peor, en una situación como la actual con muchos frentes abiertos en España y fuera de ella.

Hace unos días, en este mismo espacio, les comentaba que se avecinan tiempos difíciles. No hace falta ser muy listo para darse cuenta de que la guerra comercial emprendida por las dos grandes potencias del mundo no puede traer nada bueno. Y, menos para Europa. Ya lo estamos viendo en la marcha de la economía alemana y de sus socios, España entre ellos. Pero, es que además el panorama en el Reino Unido, con todos los poderes enfrentados y una salida de la Unión Europea más que dura, tampoco augura nada bueno. Ya se hacen cuentas en términos de PIB y de empleo. Y, para cerrar el círculo de las desgracias, no pinta bien la situación de Argentina, a punto de la suspensión de pagos.

En España, mientras, Sánchez está de campaña electoral, pero sin decirlo, y no se hace absolutamente nada o directamente se miente a los españoles. Incluso, se "inventan" informes para presionar a los presidentes de las Comunidades Autónomas y no hacer frente a los atrasos de financiación que cubren los gastos en Sanidad, Educación y servicios sociales. Políticamente es impresentable. Pero, económicamente, es un desastre y dan cuenta de ello algunos datos como la firma de hipotecas, la venta de vehículos, las exportaciones y sobre todo el déficit exterior que ha vuelto a aparecer después de años de superávit. Tomen nota, porque después vendrán los llantos. 

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