Opinión

GerontoPsoe

Ensayando partidas de mus entre sus futuros compañeros de retiro político, volvió, como prometió, este fin de semana a Toledo, Alfredo Pérez Rubalcaba, al frente del Gerontobus del PSOE, para hablar, no de la suya -que ya toca- sino de las pensiones y jubilaciones del común de los mortales

Ensayando partidas de mus entre sus futuros compañeros de retiro político, volvió, como prometió, este fin de semana a Toledo, Alfredo Pérez Rubalcaba, al frente del Gerontobus del PSOE, para hablar, no de la suya -que ya toca- sino de las pensiones y jubilaciones del común de los mortales.

Venía don Alfredo en esta ocasión acompañado de una nutrida pléyade de ancianos entre los que se encontraban los “Walking dead” del PSOE de Castilla-La Mancha,  sin mejor plan para la mañana de un sábado de octubre, que aguantar el garrote del jefe en un acto en el que siempre es mejor que te vean a que te echen en falta. A esas edades, uno se puede temer lo peor.

Deambulaban hacinados en una sala mal iluminada, sin tiro de cámara, y con unos cubos que no dejaban a don Alfredo pronunciar con soltura su monólogo de la Paramount sobre el Real Madrid y las pensiones, ex consejeros del Gobierno de Bono y Barreda, ex presidentes de diputaciones provinciales, ex alcaldes casi en el más allá y, lo dicho, una pandilla de savia nueva que se habría jugado la cadera de haber acabado jugando a piola.

No sabemos si por el peligro que entrañaba para los del taca-taca del puño y la rosa, pero allí no había ni globos, ni banderas y casi nos atrevemos a decir que hasta la música estaba bajita en aquel “Amanecer de los muertos vivientes” en que se convirtió el meeting-point del Palacio de Congresos de Toledo. 

El Halloween Socialista se quejaba con razón del “truco” del Gobierno central y el PP sobre el “trato” que ellos solitos han alcanzado consigo mismos en cuanto a la reforma del sistema de pensiones.

Ya lo avanzábamos en nuestro editorial “La bolsa y la vida”, cuando afirmábamos aquello de “yayos, esto es un atraco”, pero he aquí que don Alfredo, que normalmente tan bien se expresa y se explica, hizo un galimatías sobre tantos por ciento tan poco agraciado, que de no ser porque allí sólo había “sociatas” consumados -y casi consumidos-, el aforo se habría vaciado con la impresión de que los de Génova 13 tampoco están atracando a nadie.

Cuestiones de la edad o no, a don Alfredo -que reconoció haber subido con ZP la edad de jubilación de los 65 a los 67- se le olvidó sin embargo recordar también que fue él quien, gobernando, congeló las pensiones en 2011, al mismo tiempo que suprimía el cheque-bebé y recortaba el sueldo a los funcionarios.

Y como estaba más pendiente de que no se cayera el fondo del chiringuito que le habían montado como escenario, entre pensiones, jubilaciones, recortes en Educación, copago farmacéutico y la amnesia de la historia, se le escurrió dirigirse a quienes esperaban novedades en torno a su propia jubilación, muy a pesar de que, dos días antes, la reaparecida Carme Chacón y Tomás Gómez “El Pataletas”, le invitaran por su 63 cumpleaños -allá por febrero- a pedir voluntariamente un cargo en una fundación  o una plaza en el monasterio de Yuste.

Con semejante panorama “para morir” más que para matar, no nos extraña que los miembros del Gobierno de Castilla-La Mancha y del PP anduvieran pasando del tema, beodos de éxito con su Cumbre del Vino de postín.

Y es que, si bien es cierto que lo que don Alfredo y El Niño dijeron no faltaba a la verdad y que, bajo la piel de cordero de esa subida anual del 0,25% se esconde un lobo de miseria para nuestros jubilados, no menos cierto es que, en el PP saben, que lo que diga Rubalcaba, por un oído entra y por el otro sale.

A la salida, precisamente, del encuentro en Toledo, muchos de los que aquí estuvieron, aplaudieron y callaron, con los pies ya en la calle, opinaban casi al unísono, que don Alfredo se dejara de pensiones y hablara más de elecciones.

Y aunque de calendarios no se habló, ni en el aforo hubo cachorros disidentes, a quienes dejó un mensaje claro, fue a todos los que quieren ver a García-Page, antes de tiempo, frente a la ribera del Manzanares.

Dijo don Alfredo que, tan bella y limpia como Toledo, quería ver Castilla-La Mancha que, siendo como es tan ancha, aún tiene tiempo Page de aprender lo que es gestionar más allá de cuatro calles.

Despejada la incógnita en casa -sin primarias de pantomima-, sólo queda saber pues si al frente de este GerontoPSOE, en su travesía del desierto, los socialistas de ayer y hoy, pondrán a un Moisés de apellido Chacón, Rubalcaba, Patxi López o Eduardo Madina. 

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