Opinión

El aborto y su regulación por Ley

A lo largo de los últimos días estamos soportando un aluvión de opiniones a cerca del aborto de ley, protagonizado por el ministro...

A lo largo de los últimos días estamos soportando un aluvión de opiniones a cerca del aborto de ley, protagonizado por el ministro de Justicia, Sr. Galardón, procedentes, como suele suceder de todos los sectores: Periodistas, tertulianos, miembros de asociaciones religiosas, políticos haciendo gala de la penosa ignorancia en la materia y hasta algunos ignorantes en política. Me veo en la necesidad y en la obligación de realizar una serie de reflexiones y poner sobre la mesa una serie de conceptos con la pretensión de aclarar lo que debe ser algo útil para todos y aplicable a todos, indistintamente de filosofías, creencias, dogmas o concepciones de la vida.

Cuanto aquí expongo lo hago despojado de cualquier condicionamiento confesional, ideológico o corporativo, siguiendo un criterio estrictamente científico como profesional de la Ginecología y desde el mirador de un Partido Progresista, Democrático y Laico, que respeta y defiende la absoluta libertad de practica de todas las religiones que respeten los derechos humanos, sin apoyo especial a ninguna en concreto. Pienso que es desde estas posiciones desde las que hay que afrontar la elaboración de una ley para que sea justa. Convencido de que después de todo, continuarán los empecinados manteniéndose inamovibles e impermeables a todo aquello que no sea su propio pensamiento; estos son irrecuperables, pues su problema es que a priori, no quieren entender.

Si la definición de aborto es “la interrupción de una gestación antes de llegar a su fin”. El problema se complica cuando lo que tratamos es una gestación en el género humano, que aunque biológicamente no es muy distinta a las demás, concluyen otra serie de factores extrabiologicos.  Deberemos, por consiguiente, delimitar el concepto de ser humano y cuando comienza  a serlo. El proceso de gestación tiene como finalidad la producción de un nuevo ser humano y para ello sufre una serie de procesos y cambios bioquímicos y biológicos de una extremada e incalculable complejidad. Que pretenden culminar con la formación de un nuevo ser portador de una serie de condiciones, atributos, funciones, capacidades y características, que le catalogan como ser humano. Pero, no todas las gestaciones consigan culmina el proceso, unas porque los cambios que se registran no han seguido el protocolo correcto, otras porque son portadoras de alteraciones genéticas, que van a impedir el desarrollo o van a generar la consecución de un ser vivo, cuyas características no corresponden a las del ser humano: otras ya desde el principio, una vez fecundado el ovocito, las divisiones celulares y cambios biológicos posteriores desarrollan otro tipo de formación, que nada tiene que ver ni siquiera con un ser vivo, como son la Mola Hidatiforme y los huevos abortivos. Ante esto ¿se podría afirmar que la vida humana existe desde la fecundación? Esta claro que no; no existe más que un intercambio genético, que según su compleja evolución podrá culminar en un ser humano o no, según que consiga desarrollar las funciones y características inertes al ser humano, de lo contrario conseguiremos un ser vivo cuyas características le hará ser compatible con la vida o no, siempre sin la autonomía del ser humano y sin las características esenciales determinantes, que resultaría largo exponer en este articulo.

Cualquier proceso bioquímico requiere la culminación de su ciclo para que le sea otorgado la realidad del proceso; a titulo de ejemplo un proceso más sencillo, pero no simple, la Nutrición, ¿Cuándo termina y es un hecho real?, Cuándo termina la digestión. No, cuando los cambios producidos consiguen transformar las proteínas y los elementos propios de los alimentos ingeridos: proteínas de vaca, de verduras, etc., en proteínas propias del ser que los ha ingerido, incorporándolas a su propia sustancia corporal, es decir, cuando ha culminado con éxito el proceso; cosa que no ocurre siempre.

En consecuencia, desde un punto de vista científico y por tanto demostrable, no podemos confirmar la existencia de un ser humano hasta concluida la gestación y comprobadas todas sus condiciones, funciones y atributo imprescindibles para su catalogación como humano. Debemos comprobar que ese nuevo ser ha adquirido la capacidad para continuar la vida independiente del claustro materno y desarrollar las cualidades del ser humano. La Justicia cautelosa no otorga la condición de tal hasta transcurridas veinticuatro horas de su nacimiento.

Llegados a este punto, científicamente no se puede delimitar más. Si atendemos a distintas confesiones, para unos las condiciones de ser humano están presentes desde la fecundación, para otros desde las catorce semanas, pero todas ellas sin  rigor científico, basadas en la aportación de determinados atributos divinos. Se han llegado a escuchar en tertulias televisivas, que cuando en una ecografía se le ven las manos, etc., ya es un niño, un ser humano, si supieran cuantos de ellos  no llegan al final por presentar alteraciones incompatibles con la vida. Pero cada cual está en su derecho de pensar aquello que mejor le satisfaga y en su derecho debe ser respetado.

Ante esto surge un reto sumamente delicado, ¿Cómo hacer una ley que contemple todos los criterios y respete todas las posturas? Para mi debe reunir una serie de compromisos irrenunciables.

- Ha de servir puntualmente al concepto de Salud, como  “El estado de bienestar, físico, psíquico y social” de manera que no se admitan limitaciones, que en el caso de muchas mujeres y familias puedan ver alterados alguno de los tres parámetros.

- Sobre todo y ello es lo más importante para un político cuyo ultimo fin sea los intereses de los ciudadanos, debe ser una Ley basada en “La libertad”, teniendo en cuenta que la Libertad es antes que la Justicia, pues no hay justicia sin libertad. Además debe ser una ley “Para todos”. Esto resulta fácil, si existe  buena voluntad y respeto ciudadano.

- La Ley respetará la libertad de opción de los facultativos en relación a la practica de técnicas abortivas, no pudiendo ser objeto de coacción o sanción tanto su practica como su objeción de conciencia, independientemente del lugar donde ejerzan su función, publica o privada, respetando así su idiosincrasia personal.

- De igual forma, dará libertad a la mujer para, después de recibir la información correcta de su situación, posibilidades, etc. determine libremente cual será su decisión. Es aquí en este punto donde deben entrar en juego las distintas confesiones, ideologías, etc. imponiendo a aquellas mujeres que las comparten, sus propias limitaciones, restricciones y responsabilidades.

- Tendremos una ley que ni obliga a hacer ni a hacerse, pero también una ley que no impone los criterios de una confesionalidad o colectivo a todos los demás, haciéndoles católicos por Real Decreto. Igual de injusta sería si fuera otro colectivo el dominante. Así pues,  trata de garantizar la Libertad de todos.

Lo que nos ha colocado hace unos días el Gobierno en connivencia con las jerarquías religiosas, más que una Ley es un Manifiesto de la Santa Inquisición  Tan injusta e inaceptable como si se regula por decreto la obligación de practicar aborto en todos los casos de Síndrome de Down.

Al PP a la hora de pedirles Democracia, les cuesta mucho sacarla, pues en sus propias estructuras, origen e historia no se encuentran gérmenes de democracia, si de otras cosas y además como no la practican pues no la conocen. A la hora de pedirles la defensa de los intereses de los ciudadanos, les cuesta más todavía, pues solo conocen un tipo de ciudadanos a los que protegen en todo momento porque a su alrededor mana el dinero.

Resulta un hecho consolidado a lo largo de los tiempos, el que la Derecha y la Iglesia, siempre han estado en posesión absoluta de la verdad y ha tratado de imponerla como única alternativa posible. No es así esta vez, por muchas alegaciones sin más fundamento que la fe, que nos quieran contar.

Ya es hora de desterrar la doble moral y de asumir las limitaciones de su fe, ya que disfrutan sus privilegios, pero dejando libertad para que los demás resuelvan sus propios problemas, sin imposiciones mutuas, En Libertad y Democracia.

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