Opinión

Ni impunidad ni linchamiento

Tengo mi opinión, como la tienen todos y cada uno de los españoles y además ya la han expresado de palabra o por escritos, en los "papeles", las radios, las teles, las manifestaciones y los bares, sobre la sentencia a los cinco de "La manada". No ocultaré la mía: Me parece escasa a tenor del delito, que entiendo es de violación y no de abusos sexuales. Confío en que el Tribunal Supremo cambie la tipificación y la pena.

No voy a entrar en disquisiciones jurídicas donde tan solo puedo caer en la presunción y el ridículo. Tan solo anoto mi percepción de que cinco mozallones, cinco auténticos "armarios", sometieron en un portal a una muchacha de apenas 18 años, la forzaron sexualmente, grabaron su "hazaña, la dejaron abandonada en el lugar desnuda y le robaron su teléfono móvil·. No veo en todo el más mínimo atisbo de consentimiento ni tampoco ninguna posibilidad de defensa por parte de la victima.

Creo que es legítimo discrepar de la sentencia, recurrir contra ella como ya ha hecho la Fiscalía, y también el llevar la protesta a las calles. Como anotación personal añadiría que si en los clanes cromañones de Chauvet, Candamo o Altamira, los de mi "Canción del Bisonte" algo así hubiera sucedido, que hubieran perpetrado tan brutal asalto a una joven, la Guardiana de la Diosa Madre, el jefe de los cazadores y el clan entero hubiera condenado sin duda a los autores al castigo más severo y estos hubieran sido apartado para siempre de los fuegos de los hombres. Con lo que ello conllevaba por aquel entonces con la glaciación encima. Vamos, que en vez de avanzar no se yo si no hemos retrocedido, al menos en lo que respecta al Paleolítico.

Dicho todo lo cual hay que señalar, que a pesar de un tercer juez cuyo voto particular no alcanzo siquiera a poder leer sin que me invada la arcada, los otros dos magistrado han emitido un veredicto de condena, de 9 años de cárcel y otros 5 de libertad vigilada para cada uno de los cinco condenados. Pues condenados han sido. Que eso parece, en ciertos casos, haberse olvidado y que lo que ahora está en solfa es la tipificación del delito y el monto de la pena. Los tribunales aún no han dicho su última palabra.

Comparto, pues, muchas de las razones del desasosiego y hasta de la repulsa que se está manifestando en la sociedad española. No puedo compartir el linchamiento público y mediático de los jueces y de la Justicia. Es un verdadero despropósito y una aberración pasar a insultarlos, descalificarlos no solo a ellos sino a todo el sistema y, a mi juicio, pretender poner en solfa incluso el propio Estado de derecho. Impunidad nunca, pero linchamiento tampoco. Y aquí hay ribetes de algo que se parece mucho a ello. Que resulta además muy sorprendente pues quienes ahora poco menos que exigen las mayores penas son los que ponen el grito en el cielo cuando hace tres días exigían "no legislar en caliente" y si derogar de inmediato la ley de prisión permanente revisable. Así que cuando veo los sesgos y escorzos de según quienes dando granes voces, pongo algo más que el vocerío en cuarentena. Algo huele mal y no precisamente en Dinamarca y aquí según que "causas" son aquellas por las que hay que estar indignados y según cuales han de callarse la boca. Por ejemplo y hasta casos bastante parecidos, una muchacha de 19 años, retenida y también forzada por 4 magrebíes en Alicante y un suceso todavía mas penoso en Cartagena, donde la joven era una niña, supongo que podré poner ese dato cuando se reitera el de que los cinco de la manada son sevillanos, no veo que susciten tanta pasión de género.

Y ahí no escucho los terribles epítetos dirigidos a nuestra justicia, como los desaforados que se están escuchando ahora y que de la misma forma que no comparto la sentencia tampoco puedo compartir el desatinado ataque contra la judicatura y contra nuestras leyes. Si algo hay que modificar podrá y deberá hacerse, pero recuerdo mas allá del estruendo y la consigna que somos en este aspecto una avanzada democracia dentro de la avanzada Europa en leyes sobre violencia de genero y que más de la mitad de fiscales y jueces en España son mujeres. Hay quien, en medio del tumulto, esta confundiendo feminismo con hembrismo. Y además, esta cuestión ni siquiera es solo de parte ni de género, es algo que nos afecta a todos porque es una cuestión de pura dignidad y derecho humano.

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