Opinión

Divididos y débiles

Este es un gobierno de consignas y propagandas. Que suelen ser muy bonitas pero que no se compadecen en absoluto con la realidad. Pasen y vean. Nos han anegado por tierra, mar y aire con el “Lo paramos unidos”, cuando si algo hizo el Gobierno fue crear la división. Porque fue primero su cara B, que es la que dirige la orquesta, quien cuando las gentes espontáneamente dieron a luz a la España de los balcones, iniciaron su expropiación para pervertir su intención y su división para enfrentarlas. ¿O no fueron ellos quienes pretendieron mezclar el aplauso a los sanitarios y a todos quienes combatían en primera línea con una cacerolada, ¡sí, ¿no se acuerdan?, la primera la convocaron ellos, Podemos y sus aliados separatistas y filoetarras, contra el rey Felipe! Que ya me contarán que tenía que ver con el virus letal.

Luego vino el modo y manera de hacer de Sánchez, que entendió, va en su gen, que la presunta unidad se resume en darle a él todo el poder y enmudecer, o en todo caso jalear, lo que a él le venga en gana hacer o decir. El caudillo no tiene porqué consultar y concertar nada con la oposición, de hecho no tiene ni que hablar con ellos. Su única opción, la de los demás, es votarle todo cuanto él proponga y desee, y luego irse a su rincón sumisos y en silencio. Y para nada discutir sus dislates y desmanes. Eso nunca jamás

Se ha hecho mucho énfasis en el liderazgo asumido por el alcalde de Madrid, Almeida en la capital. Ha sido puesto como ejemplo por muchos y de inmediato los corifeos sanchistas dijeron, “todos deberían hacer lo que él”. Pues claro, los lideres, los que tienen la responsabilidad, o sea el primero el presidente del Gobierno. Es quien tiene el poder el que debe hacer lo que en efecto hizo Almedia. Desde de primera hora y todos los días, estar en contacto continuo, abierto a ideas y propuestas, consultando medidas a todos los otros grupos municipales. Eso es lo que tenía que haber hecho Sánchez. Pero él ha hecho exactamente lo contrario. Le votaron y los despreció, le siguieron votando y abusó aún mas. Hasta que llego el hartazgo, alguno iluso aún siguió, de ser usados y tirados. La conclusión: Una España enfrentada y dividida, porque él y su collera, Iglesias, es en realidad lo que quieren y buscan, la confrontación y la división, mientras gritan ¡unidad, unidad! Que es y ha sido siempre su manera de actuar y que en realidad significa: ¡Obedece y cállate!

Ahora han sacado ya el segundo spot publicitario. Maravilloso: salimos mas fuertes. ¡Qué bonito si fuera verdad! Porque lo que resulta ser es otro placebo, otro fake new, o sea otra cochina mentira que además supone un despilfarro brutal y mas aún en estos tiempos de necesidad. 100 millones euros. Alpiste para repartir, a su antojo, a los medios de comunicación para que no píen demasiado y trinen aún mas en su honor.

Porque es una obscena mentira, otra ocultación torticera de la realidad, como la prevención y protección primera, que se negaron a hacer, como la del número de muertos, de los que siguen escondiendo casi la mitad, y que superan ya los 50.000, basta con contar los datos reales de algunas comunidades, de lo Tribunales superiores de Justicia de otros y del Registro Civil, como la de tapar los ataúdes, las lagrimas y el dolor negando hasta el luto durante estos terribles meses y hasta ayer, que indignidad la de los corifeos mediáticos jaleando ahora la portada del New York Times, que ellos nunca osaron ni quisieron hacer en memoria a las víctimas. Eso hasta antes y ahora los 9 millones reales de parados (listas Inem, ERTE y autónomos), empresas cerrando a mansalva, autónomos aún más en el principio de un desastre económico que ellos están agravando además, lo del turismo, que ahora se intenta corregir, es un delito de lesa patria y el pacto a traición con Bildu la cara de la repulsiva indignidad de lo que nos aguarda.

Salimos más divididos aún, y habiendo responsabilidades diversas, la esencial es la del presidente Pedro Sánchez y la del Gobierno de la Nación. Y salimos no solo más débiles sino aún peor, con personal a los mandos, con honrosas excepciones como la de Nadia Calviño, que son los peores enemigos de una posible recuperación y, por contra, artífices de convertir la gravedad de la situación en una catástrofe descomunal. Eso sí, de nuevo le han puesto a la cosa un titulo muy bonito: “La Reconstrucción de España”. Que una vez más significa exactamente lo contrario. La voladura de sus cimientos constitucionales y el avance de los delirios de una izquierda cada vez mas extrema y liberticida.

Comentarios