Opinión

Cuando "comunicar" es mentir

Todo el esfuerzo político solo tiene un destino. Obtener ventaja partidista de todo lo que se mueve o que se hace mover. Nada más parece importar, porque en realidad, nada es más importante que eso para sus principales actores.

Lo demás, y más que nada las proclamaciones de principio, son atrezzo. La almendra es el poder, nada más, ninguna otra cosa, tiene más importancia que él. Por él es por lo que se produce todo movimiento, toda acción, toda omisión y por él y solo por él, déjense ya de mentiras y monsergas, están ahí. Es su única meta, su exclusivo objetivo, su razón de vivir.

Quizás esa sea en el fondo la "virtud" de nuestro presidente. El descarnado y descarado ejercicio, búsqueda y mantenimiento del poder sin disimulo alguno y hacer siquiera gesto alguno por tapar sus mentiras, trapacerías y desafueros. No se molesta ya siquiera en replicar. Le basta con que no le afecte y en efecto en tal sentido parece gozar de impunidad total.

Es aquí en lograr que esto sea así donde hay que aplicarse más que en nada. Para que los hechos no computen y lo que quede sea el "relato", o sea el cuento que nos colocan en su lugar. En ello es preciso, de nuevo, reconocer que el actual gobierno le lleva a quienes pretenden sustituirlos una distancia sideral.

Ellos han entendido muy bien que "comunicación" no es "información" y en ocasiones es exactamente lo contrario y convertir lo podrido en exquisito manjar. Es tan importante o más, el "comunicar" bien las mentiras. Esa es su más depurada misión. Lo que tiene que ser y hacer una "buena" comunicación es propaganda y agitación.

La "información" es ya una antigualla. Por eso las pantallas están llenas de "comunicadores" y los "informadores" están en desuso y en los rincones, eso cuando están, porque lo que menos importa son los hechos y menos aún que la gente se entere de la verdad y sobre ello puedan, después, es razonar y opinar. No. Eso jamás. Para que perder el tiempo con los considerandos si se les puede dar ya la sentencia y el juicio.

La información política es por ello una sucesión de declarativas. De ellas se nutre y en ellas se agota. No se va más allá, porque eso sería perjudicial para el cuento. Para ello nada mejor que una centralización total y un caudillaje ferreo. En el caso socialista eso ha culminado en un poder unico y monclovita, pues el PSOE como partido ya es una simple comparsa que toca la música que le mandan y cuya única misión es corear y aplaudir.

Eso les supone una gran ventaja, pues el rival en este sentido es una verdadera calamidad. Aún ni han entendido siquiera cómo va esto y así les van. En vez de tener una división de elite con un plan de campaña, con preparación y mando, plazos y objetivos a corto y a largo, ellos siguen en el siglo pasado, sin oler siquiera por donde les viene el tiro y, aún menos, saber dirigir los suyos. Pero, eso sí, sus jefes tuitean cantidad. Y se meten en un territorio que aún conocen menos y les es todavía más hostil, donde les están esperando para ridiculizarlos y ponerlos a parir.

De aquí al año que viene, fecha en la que el Gobierno pretende ya tener cerrado todo el circulo de su consolidación en el poder, de entrada hasta el fin de legislatura, pero con opciones de seguir más, la percepción cada vez mas fuerte, es que Sánchez y sus socios, da igual ya los que son, con todo se ha tragado, van a poder hacer lo que les venga en su santa y real gana.

Cada día se llevan por delante un dique de contención, la riada anega todo y aquí no ha pasado nada, es la "nueva normalidad", o sea la anormalidad cada vez mayor, y mucho mas allá del covid, que ya comienza a presidir nuestra vidas y que puede concluir en cercenamiento creciente de nuestra libertad. Y no, no es exageración alguna. Esta aquí ya.

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