A vueltas con las armas: el difícil equilibrio entre la seguridad y la libertad

Cerca de 1,6 millones de licencias de armas, más de dos millones de escopetas, unos 300.000 rifles u otras 70.000 para tiro deportivo

Guardia Civil y Policía Nacional detienen a 21 personas y esclarecen 172 delitos - EFE/ Mariano Cieza Moreno
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Cerca de 1,6 millones de licencias de armas, más de dos millones de escopetas, unos 300.000 rifles u otras 70.000 para tiro deportivo. Todas bajo el amparo de un reglamento de hace 26 años que se retocará para cumplir con Europa, pero que no será reformado tras las encendidas críticas del sector armero y cazador.

Una decisión que los responsables del Ministerio del Interior adoptaron el lunes y que fue trasladada, entre otros organismos, a la Real Federación Española de Caza, beligerante con el borrador de la reforma que, a su juicio, establecía "desproporcionadas limitaciones" y, sobre todo, "ponía palos en las ruedas" a su actividad.

Fuentes de Interior confirman a Efe que el Gobierno se limitará a retocar el reglamento para cumplir con la directiva europea que era el objetivo inicial de la reforma y que el resto de las planteadas por otros ministerios y por la Intervención Central de Armas y Explosivos de la Guardia Civil -cuerpo que gestiona y controla las licencias- se harán en un "segundo momento" pues precisan de un "amplio consenso".

No es la primera vez que una reforma del reglamento de armas se ve frustrada. Ya en 2011, el también Ejecutivo socialista abandonaba su intención y se ceñía a introducir modificaciones parciales al texto para adaptarse a una normativa europea.

Y como esta vez, también a ese proyecto se presentaron miles de alegaciones que pusieron de manifiesto las inquietudes suscitadas en determinados ámbitos, especialmente el de la caza, el tiro deportivo, los establecimientos comerciales o el coleccionismo.

Por eso, al teniente coronel de la Guardia Civil Eugenio Ruiz, jefe de la Intervención Central de Armas y Explosivos (ICAE), no le extraña lo sucedido aunque sí se muestra sorprendido, en una entrevista con Efe, con la lectura que han hecho algunos de los sectores más críticos con las modificaciones propuestas.

Defiende que el objetivo era dar respuesta a una realidad distinta a la de hace 26 años tanto en avances tecnológicos como en el mundo delincuencial que aprovecha las "lagunas legales" como se ha visto en los últimos atentados europeos.

Pero ¿cuáles son los cambios planteados?. El teniente coronel distingue. Por un lado, Europa obliga a regular las armas de origen militar (AK47) que se transforman fácilmente en semiautomáticas pues fueron las que se emplearon en los atentados de París en 2015 en la revista Charlie Hebdo, en la sala Bataclán y varios restaurantes de la ciudad.

En España existen más de 4.600 Cetmes, un tipo de fusil de asalto militar. Más del 90 por ciento están inutilizados y Europa exige que sean prohibidos, lo que no implica, aclara Ruiz, que sean decomisados ya a sus propietarios.

La directiva insta también a los estados a prohibir los cargadores de alta capacidad, un punto que recibió multitud de alegaciones, una de ellas desde la Asociación Nacional del Arma, que consideraba que esta limitación perjudicaba a miles de cazadores que tienen este tipo de cargadores.

El teniente coronel es tajante: "No pueden existir miles de cargadores de alta capacidad cuando la ley actual solo permite a los cazadores emplear dos cartuchos".

Además de estas dos únicas prohibiciones, Eugenio Ruiz explica que Europa también obliga, a propuesta española, a marcar los componentes esenciales de un arma a fin de poder seguir su rastro en el tráfico ilegal, a regular las armas acústicas como las empleadas en el cine, las detonadoras o las inutilizadas para impedir su transformación en armas de fuego.

Ruiz defiende que el actual reglamento español no solo ha sido el espejo en el que se ha mirado Europa sino que está siendo también el modelo para otros países de nuestro entorno muy atrasados en normativa de armas.

Ahora bien, reconoce que tras 26 años y algunas mejoras puntuales, hay que darle la vuelta en otros puntos que en 1993 no existían. La mayoría, asegura, nada tienen que ver con restricciones a las armas de cazadores o tiradores deportivos, por lo que no entiende las tergiversaciones y desinformación sobre el borrador que se planteaba.

Es errónea, sostiene a Efe el responsable del ICAE, la creencia de que el texto propuesto exigiría armeros de seguridad para escopetas, sino que al precepto actual de que deben custodiarse "en lugar seguro" se añadía "bajo llave", algo que es "del todo razonable para cualquiera que tenga armas" y, sobre todo, si se tiene en cuenta que se roban una media de mil armas de fuego al año.

Eugenio Ruiz tampoco entiende las alegaciones sobre el uso de armas de aire comprimido y paint-ball porque "no se han tocado", ya que, por el momento, no representan ningún peligro ni incidencia en la delincuencia.

Y defiende que con las modificaciones se perseguía "eliminar trámites burocráticos al propietario de una licencia e incrementar la eficiencia en la intervención de armas" a través de algo que entiende imprescindible en 2019 como es la implantación de la sede electrónica.

También sostenían que se debía eliminar las subastas de armas que realizaba la Guardia Civil, pues esta institución no debe ser la competente para convertirse en intermediario de un comprador y un vendedor.

Sea como fuera y quede como quede la reforma, para la Guardia Civil la planteada no implicaba -deja claro el jefe del ICAE- la adopción de "ninguna reforma traumática", pues la mayoría de disposiciones no suponen "cambios significativos en el régimen de tenencia y uso de armas de fuego".

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