La vida de desamor y golpes de Diego, el hijo menor del pastor, asesino confeso de Leticia

El joven de 16 años reconoció haber matado a Leticia a pedradas. Coincidieron en el sendero donde ella solía correr. Su padre, el pastor, le dio "mala vida y golpes" desde niño, "igual que a sus hermanos y a sus parejas"

La vida de desamor y golpes de Diego, el hijo menor del pastor, asesino confeso de Leticia - EL ESPAÑOL
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Una información de Marta Espartero publicada en EL ESPAÑOL

-Diego, por favor, ¿has visto algo? ¿No sabes nada de Leticia?

-Que no, de verdad. Que yo no sé nada.

Castrogonzalo (Zamora) está mudo. El vaivén emocional, casi torrencial, que han vivido sus habitantes en los últimos días hace que el silencio hable más que las palabras. Porque el asesinato de Leticia Rosino Andrés, vecina de 32 años de este municipio a la vera del río Esla, pesa. Y más cuando el asesino confeso del crimen es otro habitante del pueblo: Diego, un chaval de 16 años.

De él dicen en su pueblo que era un “chico conflictivo”. Que siempre había sido un “trasto”. Que buscaba “broncas”, que “rompía mobiliario” municipal. Y que, por mucho que lo negara, él tenía la respuesta a la misteriosa desaparición de Leticia, porque Diego pastoreaba las ovejas de su padre en los alrededores de donde se le perdió la pista. Misma hora, mismo lugar. Primero dijo no saber nada, participó en las labores de búsqueda e incluso le negó al novio de la víctima haberla visto, según cuentan testigos presenciales a EL ESPAÑOL. Incriminó a su propio padre. Al final, después de que la Guardia Civil le desmontara su coartada y encontrara ropa suya manchada con sangre de la víctima, acabó confesando. Ahora está internado como medida cautelar en un centro de menores en Valladolid.

Diego es el segundo hijo de el Pastor. Ambos viven, junto a un hermano mayor, en el centro de Castrogonzalo. Es un ambiente “desestructurado”, tal y como confirma el alcalde de la localidad, Joaquín García, a la reportera. Su madre abandonó la casa cuando eran pequeños. Los vecinos afirman que el Pastor le daba “mala vida” tras haberla conocido en un club de alterne cercano. El eufemismo utilizado cae rápidamente. Otra vecina se harta y traduce: le pegaba. A la madre y a los hijos. “La mala vida de los golpes se la daba a todos”, resume. Y continuaba haciéndolo, según los habitantes del pueblo.

El Pastor no fue siempre pastor. De Castrogonzalo “de toda la vida”, en sus inicios se dedicó a la construcción, a la albañilería. Hacía chapucillas aquí y allá. No hace demasiados años se decidió a comprar ganado ovino y vivir de su explotación.

'El Pastor' no tenía antecedentes

No era el único episodio en la vida de el Pastor que enturbiaba su historia. Anteriormente había estado con otra prostituta que había dejado de ejercer para estar con él. Tuvieron dos hijas, pero pronto la mujer se marchó con las crías a Bilbao, según mantienen los vecinos del pueblo. “También le daba mala vida. Él siempre ha sido de salir por todos lados, de meterse lo que no debía y tener compañías que no se recomiendan”. También se ha publicado en otros medios que el hombre, en los 80, violó a una mujer y por ello cumplió condena en la cárcel, pero no es cierto. Según confirma el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León a este diario, el Pastor “no tiene antecedentes penales relacionados con delitos contra la libertad sexual ni con delitos por violencia de género”.

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