Opinión

Un podio letal

España ha subido al trágico podium mundial de víctimas del coronavirus y amenaza con auparse a toda velocidad a la primera posición. Ayer lunes, con datos a primera hora de la mañana, el aumento de infectados, aún sin realizarse test masivos, se siguen anunciando y retrasando, sobrepasó los 33.000 y casi alcanzaba ya los 2.200. Un desbocado y aterrador crecimiento, de más de 4.500 casos y de 460 muertos en 24 horas, que supera en esos índices diarios, 332 fallecidos el sábado, 397 el domingo , 460 en lunes a China, foco originario, y en velocidad de aumento a Italia. Una tendencia que apunta, aunque el ínclito Simón, el Tranquilizador, diga que aunque "parece que se mantiene la tendencia al crecimiento, pueden ser volubles", a lo que apunta con absoluta claridad es a que esta semana alcancemos cifras aún mas espeluznantes y que acabemos por ser el país número 1 de todo el planeta en cuanto a impacto del coronavirus.

Pero todo se ha hecho bien. El Gobierno lo ha hecho todo bien. Al Gobierno no se le puede criticar. Ni mentarlo siquiera porque ello supone traición y falta de patriotismo. Hay que darle sin tregua al incensario y repetir consignas, eslogan y spot por todas las tertulias de televisión. El gobierno, sus expertos, desde lo complacientes del "no hay que alarmar" hasta los negacionistas puros de la enfermedad, sus ministros, todos, los "dos" gobiernos al completo todos están haciendo lo que deben, lo posible, y lo hacen bien y ninguna responsabilidad en lo que sale mal.

Ninguna, faltaría más, en que España sea el foco de atención mundial por estar en la cabecera de la infección. En todo caso si hay un culpable ese será Rajoy. No hay crítica alguna que hacer y si la hubiera, ahora no toca. Ahora toca callar. Los únicos que pueden hablar, saltándose cuarentenas si es menester, son Pablo y Pedro que han de adoctrinar a la ciudadanía con sus imprescindibles mítines-sermón. A Sánchez, por cierto, que ocupó en exclusiva el púlpito durante todo el fin de semana, se notaba que le escriben varios la "misa" porque lo que leía era unas veces voz del profeta Jeremías y otras de un corredor de bolsa.

Sabemos ya, desde luego que se van a negar a aceptar cualquier responsabilidad y asumir ningún error. No van a aceptar siquiera que el menosprecio a la letalidad de la enfermedad fue una constante esparcida por ellos y sus masivas terminales mediáticas. No van a reconocer que su dejación se convirtió en insensatez teniendo ya datos en la mano y ejemplos cercanos, negándose a suspender, y al contrario, alentando a participar, en las manifestaciones del 8-M y para ello no haciéndolo tampoco con miles de actos masivos, deportivos y lúdicos que también hubieran debido impedir. Pero que no hicieron, como tampoco aceptar los requerimientos de comunidades, pongamos que hablo de Madrid, para cerrar centro universitarios y escolares. Porque si lo hacían también tenían que hacerlo con el 8-M y al "8-M no se le podía perjudicar". Pero nada, ni la evidencia y la foto cruel y hasta familiar de la cabecera infectada, la van a hacer reconocer.

Pero esto es la leche derramada, como lo es la inane actitud del ministerio de Sanidad, no haciendo acopio de medidas de protección al menos para los propios sanitarios a los que ha dejado indefensos de tal manera, que en esto ya sí, tenemos lo mas alto del podido. Es el país que peor protege a sus sanitarios cuyos niveles de infección son los mayores del mundo, mas de un 12% del total, superando y hasta triplicando tanto en numero total como en porcentaje a China y a Italía.

Vamos, pues, aún con todo ello, y sin rechistar, a pasarlo, por ahora, por alto. Y resistir. Pero ahora está ya sucediendo algo que hasta puede ser peor. La ineptitud. La de la Sanidad ministerial es abrumadora, enredados en la burocracia y en la obsesión de controlar los suministros y retrasar el envío cada vez mas perentorio de test y equipos protectores. El Gobierno, con su presidente al frente, parecen estar centrados más que en nada en la propaganda, en exculparse y de paso culpar a los demás, porque al final de esto la culpa la vamos a tener todos nosotros y los que nos atrevemos a decirlo, más. Vistas algunas cosas ya quizás lo mejor, más que decirles que en vez de consignas y decires se pongan de verdad a trabajar y a hacer, o por lo menos que dejen de dar sermones y estorbar.

PD. Capítulo aparte merece la Cara B del Gobierno. Podemos. Este es el resumen de su "titánica lucha" contra el virus: negarlo, ponerle el aspersor (8-M), retardar la acción gubernamental, "robarle" a la gente el balcón, montarle una cacerolada al Rey, dividir a los españoles, violar la cuarentena para dar un mitin. Panfletos, consignas y, mas que nadie, estorbar.

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