Opinión

Tierras VIVAS en Castilla-La Mancha

Escuchaba la convocatoria a la manifestación en defensa de la Tierra VIVA, o en contra del proyecto de una gran mina de extracción de monacita en ...

Escuchaba la convocatoria a la manifestación en defensa de la Tierra VIVA, o en contra del proyecto de una gran mina de extracción de monacita en sur de Ciudad Real.

Alegra que una plataforma ciudadana mueva y congregue a las organizaciones de  esta sociedad manchega que tan dormida ha estado.

Acusan a la plataforma de inexactitudes, que pueden ser,  pero no somos los ciudadanos los que tenemos que dar con la exactitud, son nuestros gobernantes los que deberían atender nuestros miedos. Hay que entender que un proyecto que pretende remover 12 millones de toneladas de tierra en un espacio de  300 ha hacen que le tiemblen las piernas a cualquier vecino, especialmente aquí, donde somos especialistas en hacer proyectos de “desarrollo” a costa del destrozo del paisaje y de los bienes naturales, dejando nuestro territorio cual páramo. Olvidan algunos que los Recursos Naturales son lo mejor que tiene esta tierra y que debería de hacer de éstos su carta de presentación y forma de vida.

Y como no, hay que recordar que en esta región ya se ha intentado vender la burra con proyectos de dudosa rentabilidad y alto impacto ecológico (para que recordar proyectos como  el aeropuerto de Don Quijote)  que luego si no vienen las cosas bien dadas, las espaldas de los que se atreven a vivir aquí son anchas y aguantan estos envites.

Comprendo que en esta comunidad autónoma,  con el 25% de su población en paro, algunos dirán que si con esto se les da pan hoy…  ya veremos lo que viene mañana. Pero este proyecto corre el riesgo de ser de esos que llaman de la burbuja minera, debida al aumento del valor de los metales y elementos químicos en los últimos años, burbuja de la que no sabemos que pasará cuando explote ni como dejará nuestro territorio.

Son 9 las zonas donde se han autorizado estudios, todos ellos dentro del área de la cuenca del Guadiana, una cuenca ya declarada sobreexplotada en 1987,  de la que Europa nos da un tirón de orejas por la pésima gestión y que no es capaz de soportar el consumo ni la generación de filtraciones de los 300.000 m3 de agua que necesita el proyecto al año. Por eso uno la petición de una tierra viva, a la de ríos vivos, y más en una cuenca tan única, hermosa y especial como es la del Guadiana.

Algunos políticos de esta región se pondrán de perfil, porque poner el cascabel es algo que cuesta y más, cuanto más grande es el gato. Yo,  el próximo sábado 21 acudiré junto con mi organización  a Torrenueva a la llamada de una tierra viva, te invito y te pido que acudas.

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