Según recoge El Caso, nunca se sabrá si la policía acertó o no en su decisión. William, un niño autista de 14 años, salió de su casa para dar un paseo rutinario por un bosque cercano, y no regresó.
Todos dieron por hecho que se había perdido, por lo que no se tardó en montar un enorme dispositivo de búsqueda, pero la policía, aludiendo al toque de quedaordenado por la expansión del coronavirus, desestimó el ofrecimiento de 50 lugareños voluntarios conocedores del bosque.
Mensaje en Facebook de la policía pidiendo que la gente no salga a buscar por la pandemia del coronavirus / Facebook
Cuando encuentran a William ya es demasiado tarde
30 horas después del inicio de la búsqueda, un miembro del dispositivo especial ha encontrado el cadáver de William, que según las primeras exploraciones habría muerto de hambre y frío, lo deja la duda de si se hubiera podido salvar si se hubiera permitido la participación de los lugareños, a riesgo de provocar un contagio masivo de la Covid-19.
El equipo especial de búsqueda del pequeño William Wall / Twitter / @AneekaSimonis
Malestar en la opinión pública por un decisión arriesgada
Los hechos, sucedidos al este de Melbourne (Australia), han conmocionado a la opinión pública, que se pregunta si el niño habría podido sobrevivir si se hubiera maximizado la búsqueda. "La policía nos dijo que no podíamos ayudar", explica consternado Harrison Wall, hermano mayor del fallecido.
"De acuerdo con las restricciones del coronavirus, en esta etapa de la búsqueda no requerimos ninguna ayuda del público", había escrito horas antes la policía en Facebook.
El padre de William Wall, atendiendo a los medios australianos / Twitter / @AneekaSimonis
Meses antes los vecinos habían encontrado vivo a otro niño
Pese a la petición expresa de la policía, hubo vecinos que se saltaron la orden, recordando que unos meses antes otro niño autista perdido en el bosque de Yarra Ranges, Will Callaghan, fue encontrado vivo gracias a la intensiva ayuda de los voluntarios.
William Wall desapareció en Yarra Junction, al este de Melbourne (Australia) / Google Maps
"Conozco el área y no puedo simplemente irme y sentarme en casa. Estaré feliz de pagar una multa si eso significa salvar la pequeño William. Si fuera mi hijo, me gustaría que la gente hiciera lo mismo ", explicó horas antes Georgia Strahan, una vecina del fallecido. Desgraciadamente, en esta ocasión el final ha sido trágico.
