El sospechoso francés de la mano herida: nueva pieza en el puzle del crimen de Susqueda

- Compareció ante los Mossos pero dijo que se había herido a causa de una caída. No llevaba móvil ni coche.

- Se ha pedido a los Cuerpos de Seguridad de Francia que localicen al nuevo sospechoso para que pueda declarar en España.

- Las muestras de ADN tomadas a las pertenencias del único encausado no contenían relación alguna con los restos de los jóvenes fallecidos.

El sospechoso francés de la mano herida: nueva pieza en el puzle del crimen de Susqueda - EL ESPAÑOL
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Según informa Silvia Gil en EL ESPAÑOLel crimen del pantano de Susqueda sigue sin resolverse. Tras dejar en libertad al que hasta hora era el principal sospechoso de los hechos, Jordi Magentí, la justicia investiga ahora a un ciudadano francés que estuvo en el lugar el día del crimen. El sospechoso no llevaba móvil ni coche, y fue descartado en un primer momento, pero ahora se ha pedido la colaboración de Francia para localizarle, puesto que se cree que es donde está en estos momentos.

Después de que Jordi Magentí saliera de la cárcel este pasado viernes, tras nueve meses sin poder demostrar que fuera el verdadero asesino del pantano de Susqueda, las investigaciones apuntan a un nuevo sospechoso. Se trata de un joven francés que se encontraba en la zona el día del crimen.

El nuevo implicado se hizo una herida en la mano y compareció ante los Mossos. Sin embargo, se escudó diciendo que fue una caída. Aunque en un primer momento fue descartado como presunto autor, las autoridades han vuelto a poner su foco en él, tras la excarcelación de Magentí. Tanto es así, que se ha pedido a los Cuerpos de Seguridad de Francia que localicen al nuevo sospechoso para que pueda declarar en España.

En octubre de este año, la investigación que están llevando a cabo los Mossos d'Esquadra en torno a los asesinatos de Paula Mas Pruna y Marc Hernández, los dos jóvenes de 21 y 23 años cuyos cadáveres aparecieron en las aguas del pantano de Susqueda en agosto de 2017, dio un giro de 180 grados: las muestras de ADN tomadas a las pertenencias del principal sospechoso del crimen, Jordi Magentíno contenían relación alguna con los restos de los jóvenes fallecidos.

El abogado de las familias de las víctimas del doble crimen de Susqueda, Carles Monguilod, aseguró que no van a recurrir el auto que decretaba la libertad sin fianza para Jordi Magentí, único encausado hasta el momento por el crimen, pero piden que se dé respuesta a las dudas que plantea la Audiencia de Girona.

"Con la resolución, la Audiencia cree que hay indicios de que Magentí pueda ser autor del doble asesinato, pero que los indicios que justificaban la prisión provisional tienen poca entidad para la privación de su libertad", señaló Monguilod tras la excarcelación del principal sospechoso.

Entre las medidas tomadas por el juez sobre Magentí se incluye la retirada del pasaporte y la prohibición de salir del territorio nacional hasta la finalización del procedimiento. También lo obliga a presentarse los días 1 y 15 de cada mes -o el siguiente hábil- ante el juzgado instructor.

La chica presentaba un disparo en la cabeza

La pareja decidió hacer una excursión al embalse de Susqueda, navegar en kayak y dormir en el coche, pero a media mañana dejaron de estar localizables. Tres días más tarde apareció el kayak flotando en el pantano y un día después los investigadores encontraron el coche de Paula, hundido a 7 metros de profundidad.

El cadáver de Paula fue encontrado el martes 26 de septiembre, 33 días más tarde, debido a la sequía. Como el nivel del agua había bajado entre dos y tres metros, parte de su cuerpo estaba atrapado entre las rocas. Cerca de allí se encontró el cadáver de Marc, flotando, con una mochila llena de piedras. Ambos estaban desnudos y mostraban signos de violencia.

Tras la realización de la autopsia, se supo que la chica había muerto de un disparo en la cabeza, probablemente con una bala de 9 milímetros o inferior. El cuerpo de Marc estaba en tan mal estado que no se pudo conocer la causa exacta de su muerte.

Los jóvenes, que eran novios desde hacía un par de años, dijeron a sus familias y amigos que pasarían un día en el campo y dormirían en el Opel Zafira. Al encontrarse el vehículo, tenía las llaves puestas, la primera marcha accionada, la ventana del conductor abierta y el freno de mano quitado. Los asientos delanteros estaban hacia adelante y los de atrás abatidos. Llevaban una especie de colchonetas para pasar la noche. El misterio del autor del crimen sigue sin resolverse.

Fuente: EL ESPAÑOL

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