Opinión

Sorpresa ninguna

Ya en los mismos albores de esta legislatura un europarlamentario de VOX pidió la intervención del ejército para interrumpir la democracia en España.

Así, a bote pronto.

Han oído bien: un “europarlamentario”.

No sabemos a ciencia cierta si en Europa esa manifestación de golpismo latente y tercermundista se considera normal o se considera algo exótico, una suerte de rareza que brota espontánea en ciertos climas, como las chumberas.

Espero que en Europa no cometan ese error fatal: las chumberas no tienen la culpa y el clima tampoco. De hecho Hitler brotó en un clima más frío.

¿Se imaginan a un europarlamentario francés, alemán, o inglés, pidiendo la intervención golpista de su ejército? 

Ya puestos y habiendo marcado el objetivo golpista desde el principio de la legislatura, ahora un grupo de intelectuales de esa facción, numeroso (en realidad poco más de 30), y de un modo más “técnico” aunque no menos golpista, presuponiendo que el Coronavirus debe ser algo así como la criatura malévola de un laboratorio del gobierno, piden que este gobierno legítimo surgido de las urnas y respaldado por una mayoría de españoles sea inmediatamente sustituido por un grupo de "técnicos". 

Por supuesto quienes son esos "técnicos" que nos han de gobernar lo deciden ellos, no las urnas.

Digamos, por decirlo suavemente, que en todo esto hay mucha nostalgia cavernaria y muy poco respeto a los procedimientos usuales y legales de la democracia.

Hace más de cuarenta años que en España acabó la dictadura franquista, muerta de involución senil, y parece que fue ayer. Cuarenta años de ilegalidad dejan sus secuelas.

Siendo este el contexto ¿A alguien puede sorprenderle que la derecha y la ultraderecha de este país se opongan a que las reformas laborales del PPSOE, que tanto daño han hecho a los trabajadores y las clases medias, sean revertidas?

Recuerden que tras su prolongada y rigurosa aplicación contra las clases activas de este país aún no habíamos logrado despegar y dejar atrás la penúltima estafa, la que otros llaman, en un intento de camuflaje, crisis financiera del 2008. 

Lo que habíamos hecho en realidad con esas reformas laborales, más que salir de la crisis, era cronificar el desastre, dar por buena la estafa, y acostumbrar al maltrato y la precariedad laboral a los trabajadores. Algo que queda claro y perfectamente descrito en el último informe sobre nuestro país del relator de la ONU contra la pobreza extrema.

Ese informe independiente del relator la ONU, ajeno a las mentiras oficiales, es muy claro sobre la situación en que nos ha pillado la actual pandemia. En uno de sus párrafos dice así: 

“La recuperación después de la recesión ha dejado a muchos atrás, con políticas económicas que favorecen a las empresas y a los ricos, mientras que los grupos menos privilegiados han de lidiar con servicios públicos fragmentados que sufrieron serios recortes después del 2008 y nunca se restauraron”.

Recortes. En el vocabulario de los pájaros de mal agüero, la palabra "ajustes" esconde el concepto "recortes". Es parte esencial de su jerga de camuflaje.

A estos pájaros algunos los llaman "halcones", otros los llamamos "buitres". Este término zoológico es más apropiado. De hecho suelen concentrarse en grandes bandadas cuando otean gente en apuros, y no es precisamente para ayudarlos sino para rematarlos y darse un festín.

Solo copian de la naturaleza lo más siniestro. La cooperación y la ayuda mutua, que tanto abunda también en la naturaleza, no les importa, no les inspira. La simbiosis no les dice nada como no sea en forma de parasitismo.

Tras la crisis COVID, o en medio de ella si hemos de ser más exactos, estos pájaros de mal agüero que no guardan luto empiezan a revolotear y a graznar, llenando el horizonte de oscuras sombras.

Ya los vimos actuar en la estafa financiera de 2008, a la que tanto contribuyeron y de la que tanto se beneficiaron. Incluso vestían de negro, como los cuervos.

Esos "hombres de negro" traían consigo esa barbarie civilizada que vive de la muerte y la depredación.

Primero suministran la estafa, y luego administran la muerte que la estafa provoca. Esta es su "ética de catástrofes".

Incluso se hacen con países enteros, como ocurrió con Grecia y también con España.

Pero aquí ahora los votos y las urnas les han puesto en su sitio. Y ese sitio no les gusta porque implica el respeto de los procedimientos legales de la democracia.

Titular de hoy: "Los halcones europeos ofrecen préstamos a cambio de ajustes”. 

Como vamos conociendo su jerga (que es de buitres y no de halcones), ya sabemos lo que esto significa. Y también sabemos qué significa y a que obedece que Nadia Calviño se oponga al pacto previo para suprimir las reformas laborales. Se debe a sus dueños, que no son otros que los dueños del dinero.

Qué sepamos, y aún no lo sabemos todo, la crisis COVID es un desastre natural.

O antinatural si nos atenemos a la explicación que dan algunos científicos sobre la aceleración del ritmo de las pandemias en los últimos años (SARS, MERS, COVID...), provocadas según estos estudiosos por nuestra invasión descontrolada y "desregulada" de todos los ámbitos de la Naturaleza. No hay rincón donde no llevemos nuestro propio desequilibrio e histeria consumista, y nuestro ánimo institucionalizado de saqueo.

Y luego están esos detalles que tanto dicen sobre la seriedad y responsabilidad de nuestros dirigentes y candidatos a ejercer el poder. 

Un dirigente de VOX, lleno de júbilo por las caceroladas recientes, ha manifestado que las sensaciones de alegría y estruendo en esa marcha le han recordado mucho a lo experimentado cuando fuimos "campeones del mundo" de fútbol. 

No sé si este dirigente, que no cabe en sí de alegría, ha caído en la cuenta de que estamos de luto y están recientes aún (y no han cesado) los casi 30.000 muertos por COVID en nuestro país. Que los sanitarios se siguen jugando la vida en cada jornada laboral de su servicio recortado y expoliado. Y que esto no es una competición de fútbol, ni una confabulación, ni una fiesta de la "libertad", sino un virus, concretamente un Coronavirus que produce la COVID-19, aquí, en China, y en el resto de países de este castigado planeta, con especial incidencia y mortandad en USA, patria de Reagan y Trump, y cuna de ese neoliberalismo que tanto les gusta a los dirigentes de VOX, ideología extremista que fue aplicada con especial fanatismo en nuestro país, y ahora vemos los resultados.

Ya lo dijo Federico Mayor Zaragoza en una entrevista en RNE en el año 2013:

“Vivimos en un sistema que se inventaron Ronald Reagan y Margaret Thatcher, y ya vemos como nos va”.

Porque efectivamente, el desastre ha sido mayúsculo, y si en algo hemos sido campeones en esta crisis es en la escasez de medios para combatir esta desdicha, como antes fuimos campeones de los recortes y casi de los más fanatizados papanatas del mundo a la hora de aplicar la tijera a las víctimas de la estafa financiera de 2008, pero no a sus autores. Con esos no nos atrevemos.

Aquí, En Castilla-La Mancha, tenemos una idea bastante aproximada de cuál es el proyecto sanitario de la derecha. Por eso el gobierno de Cospedal duró tan poco. 

Básicamente se dedicaron con todas sus fuerzas a despedir sanitarios y deteriorar los servicios públicos para favorecer el negocio y el lucro privado de sus amigos. 

Cuando el consejero Echaniz, ya embalado, intentó cerrar los PAC, los puntos de urgencias de los centros de salud, los jueces tuvieron que pararle los pies e imponer medidas cautelarísimas porque tal recorte ponía en riesgo la vida de las personas. 

Esta es su idea de salud pública, y lo que les importa la salud de los demás, es decir, la salud de todos. Al menos a los jueces, esa salud si les importó.

Este es el panorama y la disyuntiva que se presenta ante nuestros ojos: por una parte unos sanitarios que se juegan la vida cada día (la suya y la de sus familias) sin medios de protección adecuados debido a los recortes, pero comprometidos con una vocación de servicio público, y que aún están de luto por el gran número de muertos, incluidos en esa cifra nefasta un gran número de compañeros (y quién dice personal sanitario dice celadores, personal de limpieza, fuerzas de seguridad...), y por otra parte están estos "futbolistas de salón" que se manifiestan en descapotable y creen estar ganando ahora mismo, en medio del desastre, la Copa del mundo de futbol o celebrando la fiesta de la libertad, por exigir a voz en grito que se derribe, por los medios que sea, a un gobierno recién elegido y que cuenta con el respaldo legítimo de los votos.

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