"Socialistas antes que marxistas", así era el PSOE de Felipe González hace 40 años

Cuarenta años después, el PSOE no tiene ningún vínculo con el marxismo militante ni la izquierda más radical, se sitúa en la socialdemocracia y se prepara para unas elecciones generales, las segundas este año, buscando ampliar el voto en el electorado más moderado
"Socialistas antes que marxistas", así era el PSOE de Felipe González hace cuarenta años
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El 29 de septiembre de 1979, hace 40 años, el PSOE aprobó en un congreso extraordinario retirar el término "marxismo" de sus estatutos a petición del entonces secretario general, Felipe González, que cuatro meses antes defendía sin éxito en otro congreso que había que ser "socialistas antes que marxistas".

Cuarenta años después, el PSOE no tiene ningún vínculo con el marxismo militante ni la izquierda más radical, se sitúa en la socialdemocracia y se prepara para unas elecciones generales, las segundas este año, buscando ampliar el voto en el electorado más moderado.

"Forjando el socialismo" fue el lema del Congreso del 29 de septiembre de hace cuatro décadas que suprimió el término marxismo de su ideario, reafirmó el carácter federal y democrático y reconoció una corriente interna, Izquierda Socialista, que hoy se conoce como la opinión crítica del partido.

Y fue precisamente un político de Izquierda Socialista, Pablo Castellano quien, años más tarde, reprochara a los socialistas que sustituyeran ·el socialismo por el populismo".

En declaraciones a Efe, la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, reflexiona sobre la evolución del Partido Socialista desde aquel Congreso, de 1979.

En su opinión, "el PSOE ha evolucionado sin renunciar nunca a sus valores fundacionales: igualdad, libertad y solidaridad, aunque adaptándose -a veces con cierto retraso- a los avances sociales, tecnológicos y científicos".

Narbona considera que el partido hoy se enfrenta a desafíos globales "ignorados hace 40 años" como el cambio climático, el envejecimiento de la población, la digitalización, las nuevas formas de terrorismo internacional o la exigencia de calidad en las instituciones.

"Nada de lo anterior formaba parte de los debates sobre el vínculo entre marxismo y socialismo" de 1979, admite la presidenta del PSOE, que sí subraya que "la nueva socialdemocracia" debe reafirmar las señas de identidad "algo desdibujadas" y comprometerse con un nuevo esfuerzo de justicia fiscal para combatir la precariedad y la concentración del poder económico.

Recientemente, la Fundación Felipe González ha puesto a disposición de la ciudadanía, a partir de su página web, documentación y el archivo fotográfico del expresidente a partir del año 1974.

En concreto, se puede acceder a manuscritos del expresidente referentes al año 1979, previos al congreso de septiembre.

En esos textos, González se pregunta "¿qué partido queremos?" y se muestra convencido de que "un congreso extraordinario es una oportunidad histórica para actualizar el proyecto socialista" y para "incorporar a la mayoría social en un proceso de cambio".

En las anotaciones, González vislumbra la posibilidad de un proyecto "menos ideologizado" y capaz de aglutinar la "diversidad implícita en un proyecto socialista moderno".

Esta forma de ver al partido fue muy criticada en la época no sólo por Castellano también por históricos dirigentes como Enrique Tierno Galván, Fernando Morán o Luis Gómez Llorente que veían en las propuestas de González la derechización del partido y estaban convencidos de que los delegados del congreso estaban en su mayoría con ellos.

Pero no fue así, y González ganó la batalla ideológica y el marxismo quedó finalmente asumido como "un elemento de análisis, no dogmático".

En esos "cuadernos de notas", González hace referencia a otros diputados que como él debatían sobre "democratizar el PSOE.

Es el caso del socialista Carlos Zayas, que en un artículo de julio de 1979, recogido en el Archivo J.Linz de la Transición española de la Fundación Juan March, reconocía que el PSOE distaba mucho de ser totalmente democrático aunque era el partido "mas desarrollado en ese aspecto".

También hace 40 años, asuntos candentes hoy como los gobiernos de coalición cabían en ese debate.

Así, Zayas decía que una coalición PSOE-UCD "obligaría a los socialistas a gestionar la crisis económica sin dar soluciones distintas al partido de Suárez" y además, tenía en su contra, que de hacerlo "el PCE llegaría a monopolizar la oposición". Argumentos que se podrían extrapolar a la actualidad política.

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