Ya puedes comprar un coche eléctrico de ocasión por 3.000 euros: el nuevo prometedor mercado

Siempre teniendo en cuenta las necesidades de cada conductor, cada vez hay más buscadores de chollos en el mercado de segunda mano europeo

Ya puedes comprar un coche eléctrico de ocasión por 3.000 euros: el nuevo prometedor mercado - EL ESPAÑOL
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Un reportaje de Sergio Guinaldo publicado en EL ESPAÑOL

Poco a poco, la movilidad sostenible se va abriendo camino entre los conductores. Las autonomías de las baterías aumentan de forma lenta pero constante, al igual que el número de puntos de carga. Sin embargo, los precios no bajan al mismo ritmo que les gustaría a muchos bolsillos. Por eso, cada vez cobra más fuerza la opción de apostar por un vehículo eléctrico de segunda mano. Como José Manuel, que sin poder invertir una gran fortuna, se hizo con el suyo por 3.000 euros. 2.800 para ser exactos.

Los motivos que llevan a un conductor a adquirir un eléctrico son variados. Algunos lo hacen obligados por las medidas cada vez más restrictivas que las administraciones imponen; otros, motivados por el ahorro evidente que supone cargarlos y mantenerlos; otros, como es el caso de José Manuel Aguado, por la simple convicción de cualquier acción personal puede contribuir a la defensa del medio ambiente.

Este analista y consultor se inició en el mundillo viendo vídeos en Youtube sobre movilidad eléctrica en 2017, al igual que otros muchos que en su día fueron meros curiosos y hoy ruedan sin emitir gases contaminantes.  Comenzó aportando su granito de arena a la movilidad sostenible creando junto con otras cuatro personas Pásate a lo eléctrico, una asociación sin ánimo de lucro que pretende defender y promover la movilidad eléctrica. La divulgación se le quedó corta, y por ello se decidió a comprarse un eléctrico hace menos de un mes. "Yo nuevo no me lo podía permitir, por lo que busco de segunda mano".

Teniendo esta idea clara, empezó a buscar en portales de segunda mano. Desde Coches.net hasta AutoScout24, pasando por el francés Leboncoin.fr. En su caso, vio "auténticas gangas" que se le escaparon de las manos. "Las buenas oportunidades vuelan. Por pensármelo un día las he perdido. Hay que tenerlo claro, aun viendo el coche a ciegas, y reservarlo", cuenta Aguado.

Después de muchos días y muchas horas frente al ordenador, con notificaciones activadas en su móvil y con alertas en el correo electrónico, encontró un Think City (fabricante noruego que se disolvió en 2011) en Valencia a través de Milanuncios.com, a un precio que se ajustaba a su presupuesto: 2.800 euros. Justo este modelo se fabricó en enero de aquel mismo año. Y para ser de hace casi una década, puede recorrer 210 kilómetros. José Manuel vive en Humanes y trabaja en Madrid; al día recorre unos 50 kilómetros. Además, posee garaje propio, por lo que este vehículo se ajustaba a su uso diario.

Contactó con un amigo de Alicante y le pidió el favor de echarle un vistazo. "Me llamó tras probarlo y me dijo que estaba bien. Di el paso y me lo compré", recuerda José Manuel. Este conductor explica que él lo adquirió de esta forma porque tenía el conocimiento suficiente para saber a qué aspectos hay que prestar atención a la hora de decidirse por un coche eléctrico de segunda mano, pero no es lo habitual ni lo más recomendable.

Otras fórmulas más recomendables

"Existe un gran desconocimiento alrededor del coche eléctrico. Una mala explicación puede llevar a muchos problemas", adelantan desde Evan Motors, una de las pocas empresas que venden y alquilan eléctricos de segunda mano en España. Concretamente, operan desde Barcelona. Buscan en subastas por toda Europa coches a precios interesantes y que estén en buen estado. Sobre todo de Bélgica, Holanda o Alemania. La mayor parte suelen ser antiguos coches de renting. Una vez adquiridos, realizan todos los trámites para que puedan circular en España y los ponen a la venta. En caso de que al comprador no le guste ninguno, puede encargar el que quiera, aunque pueda no ser el que más le convenga.

"Siempre, lo primero que hacemos es preguntar al cliente para qué lo necesita, cuántos kilómetros va a recorrer al día, o si dispone de cargador en casa. A partir de ahí, le recomendamos el que mejor se pueda adaptar a sus necesidades", explica la importadora a EL ESPAÑOL.

Adquirir un vehículo de esta forma puede resultar más caro que el método escogido por José Manuel, pero garantiza que el coche esté en buenas condiciones. Adicionalmente puede contratar una garantía con la tienda (que también hace las labores de taller) por uno o dos años, y ofrece un servicio de prueba por varios días "para que el comprador pueda comprobar si el coche se adecua a su uso cotidiano". "El 80% de clientes que prueban un coche se lo acaban quedando", detallan desde la tienda. 

El mayor impedimento que se puede presentar ante la compra de un eléctrico de segunda mano es el estado de las baterías. Por ello, trabajan con marcas con las que saben que el servicio de postventa del fabricante no va a dejar en la estocada a ningún conductor. Basándose en esta idea, traen modelos de Zoe, ya que Renault ofrece un servicio de alquiler de baterías. Están a la venta a partir de 9.000 euros. Importan Amperas, que no tienen el problema de la autonomía al contar con un generador de electricidad a partir de gasolina, sobre los 19.000-20.000 euros. También Soul, por los que KIAda una garantía de sus baterías de 7 u 8 años. Y estos son solo algunos de sus ejemplos. "Queremos que la compra sea un acto consecuente, y no impulsivo", aclaran.

Para viajes largos, Tesla

Javier, en cambio, se ha decidido por uno más caro. Este otro conductor acaba de llegar desde Holanda por carretera con su nuevo Tesla Model S. Un coche que en el concesionario ronda los 100.000 euros, pero que él ha conseguido por 40.000. "Lo va a utilizar mi mujer. Su trabajo estaba a 40 kilómetros, atravesando zonas de montaña. Con un Seat Toledo que teníamos, gastaba unos 300 euros mensuales en gasolina, por lo que fue fácil tomar la decisión", declara.

Cuenta a este medio que el Toledo fue sustituido por un Ford Mondeo, y que a final de mes el gasto en combustible ascendió hasta los 400 euros, por lo que en ese punto tomaron una decisión de la que no se arrepienten. "En 2014 compramos un Nissan Leaf, que era un coche que llevaba tiempo en el mercado y nos ofrecía confianza. Con él gastábamos 30 euros mensuales, una décima parte que con el coche de gasolina", recuerda este funcionario de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

"Hace poco tiempo, comunicaron a mi mujer que tendría un nuevo destino laboral. También es funcionaria, pero en el ámbito de la educación. Lo malo es que ahora tiene que recorrer el doble de distancia, por lo que el Leaf se nos queda un poco corto. Además, el periodo de la garantía por la batería que en su día nos ofreció Nissan está a punto de caducar. Con todo ello, nos decantamos por el Model S, porque necesitamos recorrer distancias largas", explica Javier.

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