A todas las mujeres y hombres.
ANTE la feminización de la pobreza (debida, entre otros, a la disparidad de ingresos, menor acceso de las niñas a la educación y el doble turno por el trabajo doméstico y los cuidados que, en su mayoría, afrontan tras su jornada laboral).
BAJO el yugo invisible del patriarcado que trata de mantener a las mujeres fuertemente sojuzgadas.
CON decisión y coraje.
CONTRA la violencia machista, el abuso sexual, la precariedad laboral y la discriminación.
DE manera firme y decidida.
DESDE 1911. En 1975 la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer.
EN el año en el que la campaña en redes sociales #MeToo ha dado visibilidad a la cotidianidad del abuso y el acoso sexual en todo del mundo.
ENTRE todas podemos, entre todos debemos.
HACIA la paridad y la corresponsabilidad.
HASTA alcanzarlas.
PARA promover la conciliación de la vida laboral y personal.
POR la supresión de la brecha salarial y el techo de cristal.
SEGÚN las proclamas feministas, vestidas con prendas moradas o negras.
SIN desfallecimiento ni descanso.
SO pena de seguir discriminando a la mitad de la población mundial.
SOBRE la mesa una nueva agenda política ¡ya!
TRAS la búsqueda de la igualdad. La equidad es la meta.
Ninguneadas, sometidas, perseguidas, asesinadas…
Por ti, por mi, por vosotras, por nosotras, por ellas.
Juntas sumamos. Juntos luchamos.
¡Nos sobran los motivos!
