El precio de la cocaína se desploma en Galicia por exceso de oferta: el efecto de la rebaja de penas

El aumento de la producción en Colombia se refleja en el descenso de los precios por kilo de esta sustancia en Galicia

El precio de la cocaína se desploma en Galicia por exceso de oferta: el efecto de la rebaja de penas - EFE
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Según informa Sofía C. Rodríguez en EL ESPAÑOL, en Galicia todo sube: los pisos, la gasolina, los vuelos… Sólo hay una cosa cuyo precio ha caído en picado en los últimos meses: la cocaína. El kilo de esta sustancia -con un 70% de pureza- ha pasado de valer 34.000 euros a 26.000 euros en lo que va de año, según el jefe de la unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) en Pontevedra, Diego Amaya Díaz.

El motivo detrás de esta bajada de los precios se encuentra a más de 7.700 km de la ciudad gallega: en Colombia, principal exportador de este estupefaciente. Un aumento exagerado de la producción de cocaína ha saturado la oferta en el mercado, provocando un fuerte descenso en su precio. Esto sucede como manera de estimular a los consumidores y que crezca la demanda para que no se generen excedentes. De lo contrario, los traficantes acabarían perdiendo dinero.

El precio de esta droga en 2018 ha caído 8.000 euros. Pero el desplome en comparación con otros años es aún mayor. Según los últimos datos publicados por el Ministerio de Hacienda en su Informe de 2017 sobre alcohol, tabaco y drogas ilegales en España, un kilo de cocaína con una pureza aproximada del 64% se vendía por 58.150 euros en 2016. A mediados del mes de junio de este año y de acuerdo con el testimonio del jefe gallego de la Udyco, Diego Amaya Díaz, “en la comarca de Arousa se estaban ofertando precios de 26.000 euros por kilo”. Es decir, en apenas dos años, el precio de la cocaína ha bajado 32.150 euros.

Hay varias razones con las que se explica esta sobreproducción. La más destacable de ellas es el acuerdo de paz al que llegó el gobierno colombiano de Juan Manuel Santos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en 2016. Abandonada la lucha armada, los revolucionarios han podido centrarse de lleno en el cultivo de plantas de coca. Los campesinos, por su parte, se han beneficiado de la “permisividad” -en palabras de Amaya- de su gobierno. “Hay mucha droga y va a haber más”, ha declarado para el periódico local La Voz de Galicia.

La caída del precio del petróleo también ha actuado como “incentivo” para que “algunos sectores de la población rural (colombiana) optasen por la coca como medio de subsistencia”. Así lo ha explicado en un artículo Román D. Ortiz, vicepresidente para América Latina de Cordillera Applications Group -consultora especializada en seguridad y riesgo político-. Colombia es el cuarto país productor de crudo en América del Sur, y en 2014 el precio de un barril de este material pasó de rozar los 100 dólares -85 euros- en enero a 47 dólares -39 euros- en diciembre del mismo año.

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