Opinión

Películas para ver en casa

Por las circunstancias actuales, en las que es imposible asistir a las salas de cine, podemos utilizar las plataformas digitales y desempolvar nuestra videoteca para  ver todo tipo de cine. La película surcoreana “Parásitos” ha obtenido todos los premios posibles, el apoyo de la crítica y el favor del público, que ha acudido a ver esta historia que muestra  la desigualdad en la sociedad de la opulencia. El film juega con varios géneros, engarzando comedia negra y drama realista en un guion, que con sus distintos puntos de giro mantiene la atención del espectador. Esta película a nadie deja indiferente, porque nos hace reflexionar sobre el tema de la lucha de clases,   sin una confrontación directa más bien presentando una difícil convivencia en el mismo escenario de una gran urbe. Así pues, una tormenta puede ser vista como una estampa bucólica desde el barrio más acomodado de la ciudad, o bien, puede ser una terrible inundación unos kilómetros más allá, donde hay un conglomerado de infraviviendas en las que viven las personas más humildes.

No pretende ser “Parásitos” una historia de ricos y pobres, pero sí es una fábula de  la sociedad actual que tiende a unos compartimentos estancos, como en una embarcación marítima. La película tiene las referencias de la literatura clásica, y  la novela picaresca española está presente, porque los personajes se las tienen que ingeniar para medrar y ascender en una escala social con las artimañas del engaño.  Hay también similitudes con una obra de teatro “Las ratas suben a la ciudad” de Emilio Romero, figura clave en  el periodismo franquista. Esta obra, que en su día se emitió en la programación teatral de Estudio 1, es  una representación simbólica de dos ciudades, la de arriba y la de abajo, la de los ricos y la de los pobres. En cierta medida, “Parásitos” es algo parecido, puesto que nos da pistas de cómo es  una vida desigual, en la que la formación académica no asegura el acceso a un buen trabajo. Por otra parte, de nada vale el mundo global de internet, si no hay una tarifa asequible y el problema de la vivienda es tan recurrente, que ya se da la batalla por perdida.

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