Pedro Sánchez emprende un nuevo camino al Palacio de La Moncloa: ¿cederá o convencerá?

Esa parece ser la gran duda a resolver en esta fase decisiva de negociaciones que todo apunto a que podría prolongarse un mes y en la que está por ver si se replegará a la exigencia de Podemos de entrar en el Gobierno o logrará que Cs le levante el veto

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su comparecencia en Moncloa donde ha anunciado la convocatoria de elecciones generales para el próximo día 28 de abril
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Pedro Sánchez abre este martes la ronda de contactos para recabar apoyos a su investidura con Podemos, Cs y PP, los partidos que pueden apoyar o bloquear su candidatura y, aunque les llama a la responsabilidad, no parece que ninguno de ellos le vaya a poner fácil su nuevo camino a la Moncloa.

¿Cederá o convencerá? Esa parece ser la gran duda a resolver en esta fase decisiva de negociaciones que todo apunto a que podría prolongarse un mes y en la que está por ver si se replegará a la exigencia de Podemos de entrar en el Gobierno o logrará que Cs le levante el veto. 

Casi mes y medio después de las elecciones generales que dieron la victoria al PSOE, el objetivo ahora es que haya un gobierno "cuanto antes", aunque las previsiones más optimistas señalan la primera o la segunda semana de julio como fechas probables para celebrar la sesión de investidura en el Congreso de los Diputados.

La ejecutiva federal socialista, que encabeza el propio Sánchez, designará este lunes a las personas que se encargarán de negociar con otros grupos parlamentarios los apoyos necesarios. 

Una vez nombrada la comisión negociadora, que posiblemente encabezará la portavoz parlamentaria y vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lasta, Sánchez se reunirá el martes con los líderes de Unidas Podemos, Pablo Iglesias; Ciudadanos, Albert Rivera, y PP, Pablo Casado, por ese orden.

Aunque se hablará con todas las fuerzas políticas, según ha asegurado la portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, el presidente en funciones solo mantendrá contacto directo con los máximos dirigentes de los tres partidos claves para respaldar o paralizar su continuidad al frente del Ejecutivo.

Tanto al Partido Popular como a Ciudadanos, Celaá les ha demandado responsabilidad para que la investidura de Sánchez no dependa de los independentistas y, aunque a Podemos le sigue viendo como socio, está por ver si lo es tanto como para formar el gobierno de coalición que reclama Iglesias.

En el partido morado dan por hecho que Sánchez no va a tener otra alternativa que sentarse a negociar ese gobierno de coalición si quiere obtener los 42 votos de su grupo, y advierten de que el presidente en funciones mantiene una actitud altiva cuando es él quien debería trabajarse los apoyos si quiere mantener su cargo.

Citan como ejemplo al valenciano Ximo Puig, que ha mantenido varias reuniones con sus socios de Compromís y de Podemos a diferencia de lo que hace Sánchez que, no obstante, avisan, puede encontrarse con que tiene las de perder si deja pasar el tiempo y se pone a buscar los apoyos contrarreloj.

Perciben en él la actitud de quien se cree que será presidente sin esforzarse y aseguran que eso solo sucederá si Cs le brinda su apoyo sin condiciones, porque Podemos no renunciará a la premisa que ha defendido durante toda la campaña: quiere gobernar sí o sí.

Iglesias no pedirá en la negociación ministerios de Estado porque es consciente de la fuerza que tiene (42 diputados frente a los 123 de Pedro Sánchez), pero sí le gustaría obtener para Podemos una vicepresidencia ligada a competencias sociales.

Otra de las cuestiones que buscará en la negociación es blindar una reforma fiscal y cambios en la legislación laboral, en concreto la derogación de la reforma de 2012.

Desde el partido dejan claro además que no están dispuestos a aceptar vetos a que Pablo Iglesias se integre en el Gobierno, pero sí asumen que el PSOE en ningún caso va a aceptar su propuesta inicial de que en todos los ministerios se integren cargos intermedios de Podemos. 

Sánchez también lo tendrá complicado con Ciudadanos, que mantiene que no facilitarán en ningún caso la investidura del secretario general del PSOE y que, por tanto, no está ni mucho menos en sus planes la abstención como última posibilidad para impedir una hipotética repetición de las elecciones.

Si se repiten los comicios, ha advertido Albert Rivera, será porque Sánchez y sus "socios de la moción" de censura que le aupó hace un año a la Moncloa no querrán formar gobierno.

En la misma línea se sitúa el PP, para cuyo líder, "no hay una situación de bloqueo" que le impida seguir como presidente, al haber una alternativa con Unidas Podemos y otros apoyos o incluso una abstención con Cs, que Pablo Casado no criticaría.

Lo único verdaderamente claro en la ronda de consultas que comienza el martes es que los populares ni apoyarán ni se abstendrán, porque "no se fían" de Sánchez. 

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