Pero más allá de las cifras, algunas personas con cáncer han decidido ponerle rostro a una enfermedad que no es de color de rosa. Paula Valero, con 22 años, es una de ellas. Su fotografía, destilando belleza y coraje con el pelo rapado, ha cosechado un rotundo éxito en Twitter. Y es que no solo ha recibido cientos de muestras de apoyo, sino también de agradecimiento por enseñar sin tapujos que, al final, el pelo puede irse "a la mierda" para "luchar por lo importante".
En su foto de perfil todavía podemos ver la melena que tenía esta ceutí, pero todo cambió con el diágnóstico. Ella no padece cáncer de mama, sino linfoma de Hodgkin, otra cara de la misma moneda: "Cuando me dijeron que tenía cáncer, una de las primeras cosas en las que pensé fue en el pelo. Jamás me lo había cortado y, cuando me cortaba las puntas para sanear, no me sentía bien. Estuve mucho tiempo haciéndome a la idea, tuve un mes para recordármelo cada día, buscarme mis pañuelos y pensar que iba a estar guapísima con ellos", relata a EL ESPAÑOL.
Cuestión de autoestima y libertad
Para las personas que no hemos pasado por eso quizá pueda sonar banal, pero no lo es. La autoestima, una herramienta básica para caminar por la vida, se enfrenta a un duro golpe y hay que trabajar mucho para superarlo. "Llevaba 15 días en la cama con fiebres altas y el pelo no paraba de caerse. Me estaba empezando a agobiar, se me pegaba por todos lados. En cuanto me recuperé, me maquillé y me puse manos a la obra".
Pues me veo bien y la subo. Pensaba que tendría más miedo a este momento, mi pelo era sagrado para mi pero mira, a la mierda el pelo y a luchar por lo importante. #luchandocontraelcancer pic.twitter.com/hD3e4OovK5
— paula valero! (@5pauulavalero) 13 de octubre de 2019
Se vio guapa -explica que "no quiero parecer creída, pero es un proceso largo ese de quererte a ti misma después de tantas inseguridades"-, entonces compartió la foto con sus seguidores sin dudarlo: "No quería ocultar más tabúes". Eso sí, confiesa que la repercusión la pilló por sorpresa e "incluso me asusté porque no sabía hasta dónde podía llegar; pero vi tantos mensajes buenos que me quedé impactada y feliz".
En un principio "pensaba que iba a tener vergüenza", pero "ahora apenas uso pañuelos, solo para el frío". Sobre las mujeres que prefieren ocultarlo, considera que "cada persona es libre de tomar las decisiones que quieran, siempre que se sientan a gusto y lo hagan por decisión propia. Es decir, que no se vean obligadas a hacer algo porque la van a mirar raro y van a decir cosas. Que cada uno sea libre, que no importen opiniones externas y que rompamos tabúes".
Sigue leyendo este artículo completo en El Español