Opinión

Ochenta años después

Estos días es el aniversario de que hace ochenta años, si, ochenta años que terminó la Guerra Civil española a los que siguieron cuarenta años de régimen dictatorial.

Afortunadamente la sociedad española ha superado esas etapas trágicas de nuestra Historia.

Superar no es olvidar, claro está, porque es una obligación y un derecho conocer el pasado sobre todo para comprender el presente. Pero conocer el pasado no implica instalarse en él y me temo que en ocasiones parece que el pasado pesa mas que el presente.

Verán, estoy en plena promoción de mi última novela "Tú no matarás" precisamente situada durante la Guerra Civil y la posguerra, y eso me lleva a viajar no solo por España sino también por América Latina.

Y como ha sucedido en otras ocasiones los colegas periodistas de allende del océano no solo me preguntan por mi libro sino por los asuntos de España. Bueno pues he de decirles que ahora mismo su único foco de interés es Franco.

Me preguntan por Franco, por la Memoria Histórica y se comparecen de que a su entender la nuestra sea una sociedad que no se ha despojado del franquismo.

Yo les escucho atónita a sus disquisiciones y ellos también a mi cuando explico que la sociedad española del siglo XXI no tiene nada que ver con la España de la Guerra Civil ni tampoco con la del franquismo. Les recuerdo que Franco está muerto, muertísimo y que desde hace 40 años, sí 40, España es un país plenamente democrático. Insisto en que la sociedad del 2019 es una sociedad inmersa en los problemas de hoy.

Pero me escuchan con conmiseración, como si yo fuera una ingenua que no me doy cuenta que Franco sigue presente y de sus preguntas deduzco que de verdad creen que el gran problema de la España de hoy es el franquismo.

Y creo que algo estamos haciendo mal, rematadamente mal cuando las noticias de España y la visión de España se circunscribe a Franco.

Claro que es una anomalía que el Dictador esté enterrado en un panteón público y además con sus víctimas. Y desde luego que hay que sacarle del Valle de los Caídos y entregar sus restos a la familia para que lo entierren en un lugar privado. Un Estado de Derecho, y el nuestro lo es, tiene suficientes resortes para sacar a Franco del Valle de los Caídos.

Como también los tiene para que ayudar a que todas las personas que quieran recuperar los restos de sus familiares enterrados en cunetas puedan hacerlo en virtud de la Ley de Memoria Histórica. Creo que en nuestro país somos mayoría los que pensamos que ambas cosas se tienen que hacer, que no hay ningún impedimento para hacerlas.

Lo que me da rabia es que de repente la imagen de España se haya empantanado y fuera de nuestras fronteras crean que Franco está poco menos que redivivo.

Creo que cuanto antes saquen a Franco del Valle de los Caídos mejor que mejor. Eso y asumir de una vez por todas que Franco está muerto y bien muerto. Es una obviedad, lo sé, pero escuchando a algunos parece lo contrario.

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