Morir durante una semana con tu hijo fallecido al lado: la agonía de Aurelia

Una madre de 97 años, enferma de alzhéimer y dependiente, tuvo que convivir con el cadáver de su hijo y cuidador en Badia del Vallès (Barcelona) hasta que la inanición se la llevó por delante. Nadie los echó en falta. "Apenas salían de casa", se excusan los vecinos

Morir durante una semana con tu hijo fallecido al lado: la agonía de Aurelia
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Según informa David López Frías en EL ESPAÑOL, Aurelia tenía 97 años y padecía alzhéimer. Ya no hablaba, no se movía y no conocía. Dependía exclusivamente de su hijo Agustín, de 67. Él la cuidaba, la bañaba y la sacaba a la calle de vez en cuando. Ambos vivían juntos en un pequeño piso de Badia del Vallès (Barcelona). Juntos y solos. Por eso, cuando a Agustín le dio un infarto en mitad del comedor y falleció, ella no pudo avisar a nadie. Aurelia tuvo que ver como el cuerpo de su hijo se descomponía a sus pies durante varios días, mientras ella moría de inanición.

Los vecinos del bloque 9 de la calle Santander (Badia del Vallès) llevaban varios días quejándose de un fuerte hedor a la entrada. “Al principio pensé que algún perro se habría cagado en las escaleras”, cuenta Montse, la persona que avisó a la Policía. “Eso lo pensé los primeros días. El último fin de semana estuve enferma y no salí de mi casa. El lunes tuve que ir al médico. Al salir al rellano, el olor ya era insoportable. Me di cuenta de que la peste salía de casa de Agustín y Aurelia. Me temí lo peor y le dije a mi hija que ahí dentro había pasado algo muy gordo y que había que avisar a la Policía”.

Los Mossos d'Esquadra accedieron a la vivienda el lunes 13, sobre las dos de la tarde. Allí se encontraron con la macabra escena: los cadáveres de madre e hijo en el comedor. Él tirado en el suelo, ella sentada en su butaca. Sin signos de violencia, pero ambos cuerpos en avanzado estado de descomposición. La policía ha confirmado que él murió primero, probablemente a principios de mes. Ella, varios días después. Probablemente una semana, aunque de momento no se saben las fechas concretas.

El municipio más pobre de Cataluña

En Badia del Vallès no se hablaba ayer de otra cosa de otra cosa. “A perro flaco...” lamentaba un vecino en la puerta del bloque 9. No sin razón: Badia es el municipio más pobre de Cataluña. Una ciudad de algo más de 13.000 habitantes, llena de viejos pisos de protección oficial y castigada por el desempleo. Son muchos los vecinos que viven en una situación de precariedad. La tasa de paro suele estar por encima del 30%, y la de personas que dependen de los servicios sociales no suele bajar del 33%. 

Agustín y Aurelia también vivían en una situación precaria y de dependencia, pero él decidió rechazar cualquier tipo de ayudas institucionales y dedicar su vida a cuidar de su madre. “Él vivía sólo para eso. Salía de vez en cuando para tomarse un café en el bar y poco más. No se relacionaba apenas con los vecinos ni tenía muchas amistades”, cuenta Mónica, otra de las vecinas del bloque.

Madre e hijo llevaban más de treinta años viviendo en Badia, donde llegaron desde Zaragoza. Hacía años que él no trabajaba. Había sido operado de la columna vertebral y cobraba una invalidez. Por eso, cuando a Aurelia le diagnosticaron alzhéimer, él se dedicó en cuerpo y alma a cuidar de su madre. "La última vez que la vi, él la llevaba al médico en la silla de ruedas. Me dio la sensación de que ella me sonreía al verme. Agustín me lo desmintió. Me dijo que era lo máximo que hacía ya, sonreír de vez en cuando, pero que no conocía ni nada", recuerda Montse. 

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