HÁBLAME DE SEXO

Leticia Sabater: "Nadie me enseñó nada de sexo, me pasé años diciendo 'méteme sólo la puntita'"

- “Tuve que dejar a ocho hombres porque tenía la vagina muy estrecha” / "La muñeca hinchable que he creado de mí misma no tiene agujero porque no es ninguna guarra". 

- "Desde los 18 años me han propuesto hacer porno, pero no me interesa, ni siquiera lo consumo".

Leticia Sabater: "Nadie me enseñó nada de sexo, me pasé años diciendo 'méteme sólo la puntita'" - EL ESPAÑOL
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Una entrevista de Lorena G. Maldonado publicada en EL ESPAÑOL

Leticia Sabater es impresentable en el mejor sentido de la palabra: qué españolito no va a conocer ya de sus excentricidades, de sus himnos sandungueros, de sus performances inagotables entre la vanguardia y el esperpento. Quizá sean lo mismo. Esta semana nos deslumbró con su nueva ocurrencia en forma de villancico, El polvorrón: el canto de una mujer que perdió la vergüenza y hoy se siente más liviana que nunca, impermeable al qué dirán. En conversación con El Español se quita la malla del personaje y sale a la luz la persona: es un placer conocer a la Sabater más romántica, más moderada y tímida. Una dama que entiende que el amor es, también, cuestión de tiempo. 

¿Qué importancia tiene el sexo en la vida? 

Pues yo creo que es importantísimo. Primero, y antes de nada, porque hace que la persona se relaje del estrés que lleva encima. Me da igual cómo lo practiques: individual, tríos, duetos… de cualquier manera es fundamental para la salud y la felicidad porque te relaja y te desestresa. 

¿Qué te hubiera gustado que te explicaran sobre sexo cuando eras adolescente?

Uf… tantas cosas, hija. Todo fue un poco a trancas y barrancas. A mí la verdad es que me hubiera encantado tener una asignatura de sexo en el colegio, porque es tremendo… tú llegas a la pubertad y no tienes ni idea de nada. Cuando vi un pene me llevé un susto de muerte… pensaba que si me metían un poco más de la puntita me quedaría embarazada. Debería ser asignatura obligatoria a partir de una edad, siempre explicándolo todo bien, ¿sabes?, todo contado de la manera en la que hay que contarlo. Te quiero decir: a muchas niñas les da vergüenza preguntarle a su madre esas cosas. Se evitarían muchos embarazos no deseados si hubiese más salud sexual. 

Nos han vendido demasiado el cuento de Disney. 

¡Claro…! Y es que mi época no es la de ahora. Ahora ves sexo donde te da la gana, es difícil controlarlo. Pero para mí en aquella época era chocante todo. También depende de la familia que tengas, la mía era muy tradicional en ese aspecto y no veíamos nada de sexo en casa. Mis padres ni siquiera se besaban en público, imagínate. A mí me costó mucho mi primer beso, y después, mucho después, pasar a hacer el amor… me costó un montón. Lo hice tardísimo, por desconocimiento. Me pasé años en los que decía "méteme sólo la puntita", y luego: “ya, ya, ya, que es mucho”. 

Leí que perdiste la virginidad a los veintipoco. 

Sí, como a los 22 o por ahí. Hasta esa edad no había pasado de la puntita. Lo tenía a todos con el cacahuete a punto de reventar (risas). Pero para mí es importante el amor en esa primera vez. Que sea con el primer hombre de tu vida. Lo mío fue por amor, fue con el chico más guapo del colegio, el típico que tus amigas quieren y al final te lo llevas tú. Moreno, ojos verdes, familia bien… educado tradicionalmente en el Colegio del Pilar. Imagínate qué dos: los dos súper tradicionales. Estuve siete añazos con él y después lo dejamos. Pobre, se ha llevado la peor parte (risas)

¿En ese momento donde tenía una sexo con su pareja? Con tan poca independencia… 

En los pubs. Yo me acuerdo que había un pub que se llamaba Aguacates. Íbamos con 14 años y la gente allí aprovechaba. No para tener sexo, pero se tiraban por los sillones a enrollarse y restregarse y tal. Luego para casa como una monja, como si no te hubieras comido un colín. Eran edades muy potentes sexualmente. Bueno, y los cines. De repente los chicos como locos yendo al cine… y nadie veía la película. Entre que te pone la mano y se la quitas se pasa la película. Pero el sexo ahora ha cambiado mucho. 

¿Te parece que ahora vamos demasiado embalados?

Totalmente, y eso es bueno y malo. En internet está todo lo que no podíamos preguntar a nuestros padres, y eso es bueno, pero que la primera experiencia sexual de muchos niños sea con el porno… es una pena, se ha perdido lo bonito de antes. Ahora es muy difícil vivir un amor así de bonito. Ahora piensa que por más que los padres les bloqueen a los niños el ordenador siempre hay alguno que les enseña el porno al resto, o cuando los padres se van de viaje y no los vigilan… Qué pena que se pierdan la etapa esta bonita y romántica de ir poco a poco. Cuando uno le da tiempo a las cosas se enamora más. No hace falta que todo sea tan rápido. 

Hace unos años contaste que te reconstruiste el himen por 6.000 euros. ¿Estaba relacionado precisamente con esto: con la obsesión por las primeras veces y por recuperar esa lentitud…?

Sí, me apetecía mucho precisamente por esto, porque la primera vez no terminé de enterarme de lo que pasaba. No entiendes cómo eso entra ni sale, no tienes ni idea de los movimientos que tienes que hacer, no conoces el cuerpo… la primera vez no me supo a nada, por eso me lo reconstruí, y ya que estaba allí en Miami y me lo regalaban… allí es súper normal, ¿eh?, las chicas se lo regalan a sus novios por sus cumpleaños y se quedan perplejos, no se lo esperan. Es una cosa muy ilusionante. 

Es curioso que en estos tiempos de liberación sexual a los hombres les guste un regalo así, ¿no? ¿Es que en realidad siguen deseando ser los primeros?

Claro, quieren ser los únicos. Lo tengo clarísimo. Lo que más les gusta es que seas virgen, por más que digan “uy, uy, a mí no me gusta enseñar”… mentira, se les hace el culo pepsi-cola. 

Esta frase antigua tan machista de “que sea una señora en la calle y una puta en la cama”. 

No sé si es machista, ¿eh? Yo la comparto totalmente. A mí me la dijo un chico de 32 la semana pasada, así que ya te digo, lo siguen opinando. Yo creo que ellos lo dicen para ver cómo respiras tú, es sacar de una mentira una verdad… saber si vas a estar suelta en la cama o no. Te voy a decir una cosa: te advierto que deberías escucharla a partir de ahora de otra manera, porque tiene un sentido distinto detrás. En el fondo si te la dicen es que el tío quiere saber cómo lo va a pasar contigo si llegáis a acostaros. 

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