Leti, la brillante química que volvió al pueblo para revivirlo y fue asesinada por el hijo del pastor

La vida de las víctimas (13): fue apedreada hasta la muerte por Diego, de 16 años, que la asaltó durante su paseo vespertino

Diego, el hijo del pastor de Castrogonzalo, no violó a Leticia: la asesinó en un arrebato - EL ESPAÑOL
photo_camera Diego, el hijo del pastor de Castrogonzalo, no violó a Leticia: la asesinó en un arrebato - EL ESPAÑOL

Según informa Marta Espartero en EL ESPAÑOLLeticia, Lety, adoraba el campo. La brisa fresca, la tranquilidad, el sosiego. Ella, una chica joven, alta, inteligente, apostaba por las oportunidades que el mundo rural ofrecía. Se había criado entre las calles y los paisajes de su Tábara (Zamora) natal. Y lo tenía claro: lo suyo era la promoción de su tierra. Por eso aprovechaba para volver. Para apostar por lo que otros desdeñaban. Por vivir en un pueblo de apenas 500 habitantes y enraizar ahí. Hasta que la mataron.

Leticia Rosino Andrés tenía 32 años y se había mudado a Castrogonzalo, otro pueblo zamorano, a vivir con su novio David. Ella era ingeniera técnica agrícola por la Universidad de Salamanca, pero no era su única titulación. Apasionada de lo rural, también era especialista en Gastronomía, experta en análisis microbiológicos de los alimentos, máster en seguridad alimentaria y máster en Enoturismo. En la actualidad trabajaba como química y responsable de calidad en la empresa Lácteas Cobreros, justo a la salida de Castrogonzalo.

A la joven le apasionaba pasear junto al río Esla, que resbala por los alrededores del municipio zamorano. Ahí podía perderse, divagar, pensar. De ella decían en el pueblo a EL ESPAÑOL que era una chica “vitalista” y “soñadora”. “Siempre estaba dispuesta a ayudar y estaba feliz, iniciando su vida en serio junto a David, su novio”. Algunos dicen que planeaban pronto pasar por la vicaría; otros, que su siguiente proyecto era la paternidad.

De Londres a Zamora

David y ella se conocían de hacía varios años. No era la primera vez que compartían techo: antes habían estado juntos en Londres, donde Leticia había emigrado en busca de una oportunidad laboral. Consiguió un contrato en un laboratorio, aunque ambos tenían claro que la marcha no sería definitiva. Que ellos volvían a su Zamora, a su tierra.

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