Opinión

La baza de Sánchez

Visto el debate entre los aspirantes a dirigir el PSOE y pese a que los tres han ido añadiendo palabras para dizque, recomponer la fraternidad rota entre la militancia, no es difícil avizorar que dada la fuerte componente de rechazo personal que enfrenta a Pedro Sánchez con Susana Díaz (sentimiento recíproco), si cualquiera de los dos resulta vencedor, el PSOE seguirá dividido. Solo una victoria de Patxi López (descartada por el grueso de los analistas), podría reconciliar a los militantes y dirigentes actuales del partido dado que es el único que viene insistiendo en que la clave de este proceso no reside tanto en la personalidad del futuro líder del PSOE como en lograr la pacificación interna y definir un programa capaz de restablecer la posición política del partido como primer referente de la izquierda a la manera como la tuvo a lo largo de los años del liderazgo de Felipe González.

Sánchez mantiene la idea de pactar con Podemos en lo que denomina el "ámbito federal" (es decir el Estado), en línea con los barones o alcaldes socialistas que han formado mayorías de gobierno con el partido morado en sus respectivas circunscripciones. Susana Díaz tiene dicho que con Podemos, ni a beber agua. Patxi López, en principio, tampoco querría depender de los populistas de Iglesias.

Cuando Sánchez mandaba en Ferraz, destituía a compañeros que habían sido elegidos en primarias (Tomás Gómez en Madrid). Si gana, volverá con afán de revancha. Susana Díaz, a juzgar por el programa que ha presentado, tiene en la cabeza mantener el rumbo tradicional del PSOE. Quienes han cambiado son los militantes. Una parte, a semejanza de las bases de Podemos, se han radicalizado. La crisis económica que tanto sufrimiento nos deja en forma de paro, puestos de trabajo precarios y salarios jibarizados se refleja en el nuevo perfil sociológico de la militancia socialista. Hay un voto de rechazo contra el aparato del partido (que identifican con Susana Díaz) que es al tiempo expresión de la rabia acumulada contra las políticas de ajuste del Gobierno del PP. Un Gobierno, por lo demás, acorralado por los casos de corrupción. De ahí la espina de la abstención. Esa es la baza de Sánchez. Falta saber cuántos militantes le apoyan. El domingo salimos de dudas. Mi pronostico es que el PSOE tardará en superar esta crisis.

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