José María, 'El Murciélago', el abogado de violencia de género que ha degollado a su esposa

Llevaba trabajando 30 años como letrado en el pueblo en el que nació. Degolló a su mujer, que está herida de extrema gravedad, delante del hijo de ambos

José María, 'El Murciélago', el abogado de violencia de género que ha degollado a su esposa - EL ESPAÑOL
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Un reportaje de Brais Cedeira publicado en EL ESPAÑOL

A José María Soto Espinosa de los Monteros le llamaban "el murciélago", pero también él se refería a sí mismo con ese mote, debido a su afición por el aeromodelismo. Trabajaba como abogado rural en Bollullos Par del Condado (Huelva), su pueblo, desde el año 1989. Allí instaló su oficina justo al lado de la torre de la iglesia del pequeño municipio de 14.000 habitantes. Vivía con su mujer en la calle Delgado Hernández, y con ellos el hijo de siete años de edad que ambos tenían en común.

Fue de allí donde este miércoles, al filo de las tres y cuarto de la tarde, el pequeño salió corriendo de la vivienda pidiendo ayuda. Su padre, según ha podido comprobar EL ESPAÑOL, acababa de degollar a su madre. Y después se había quitado la vida arrojándose desde el tejado de la casa.

El letrado que ha protagonizado este nuevo crimen machista había atendido durante sus 30 años de trayectoria casos civiles, penales y también de familia. Es lo que toca en los municipios pequeños, donde es preciso litigar en toda clase de asuntos. Quizá por eso, según señala su perfil en la página web del Ilustre Colegio de Abogados de Huelva, se tenía a sí mismo por una suerte de abogado rural. 

En su desempeño en el pueblo, había desarrollado una extensa actividad, y se había encargado de distintos casos de violencia de género. “La de pueblo es una Abogacía más cálida y entrañable”, explicaba hace años. "Los clientes te paran por la calle, te abordan en cualquier sitio, pero al final tienes más espacio para tu ocio que en la ciudad".

El suicidio de su madre

Calle en la que ha ocurrido el suceso este miércoles.Calle en la que ha ocurrido el suceso este miércoles.

Al mediodía, bajo el sol, la concejala de Bienestar Social del pueblo, Maruja Cadaval, escuchó a un niño de siete años pidiendo ayuda en medio de la calle. Era el hijo de Soto. Decía que su padre había atacado a su madre con un cuchillo. La mujer avisó inmediatamente a las autoridades. El dispositivo se puso en marcha al instante.

Los agentes de la Guardia Civil, alertados por los vecinos, acudieron pocos minutos después a la casa. A su llegada, se encontraron a la madre viva en el domicilio, pero desangrándose tras el ataque de su marido. José María estaba muerto, desencajado el cadáver en un terreno cercano a la casa. Allí encontraron su cuerpo sin vida tras una caída de lo más aparatosa.  

La mujer lucha ahora por su vida en el hospital Virgen del Rocío de Sevilla, herida muy grave. Era originaria de Toledo. José procedía de una familia adinerada en el mismo pueblo de Bollullos.

Su hermano, médico de profesión, mantiene su residencia en una vivienda cercana a la que ocupaba la pareja. Fue él quien taponó la herida que la mujer presentaba en el cuello minutos después del suceso. Una acción que quizás resulte trascendental para asegurar su supervivencia.

Soto se crió en el pueblo de un modo apacible junto a su hermano y su hermana, que ahora vive, según los vecinos de la localidad, en el País Vasco. Varios vecinos han relatado también a Abc Sevilla que la vida de este hombre se torció con un episodio dramático que ocurrió, precisamente, en la misma vivienda donde ha tenido lugar el crimen de este miércoles. Pasó hace muchos años, pero muchos conservan nítido el recuerdo. La madre de José María se suicidó tirándose por el tejado de la casa. 

Afición por los aviones

El letrado decidió entregarse hace tres décadas a la defensa de otros y quedarse en Bollullos de manera indefinida. Representarles, ayudarles en sus problemas. Entretanto, cultivó una afición procedente de su infancia, que no era otra que la de volar. Primero llegó el windsurf en las playas de Mazagón y Matalascañas.

Pronto descubrió aparatos más grandes. Pronto obtuvo el carné de vuelo en el Club AeroHíspalis. Incluso llegó a comprarse un pequeño aeroplano con el que volaba por la zona. Ahora llevaba más de 20 años disfrutando del aeromodelismo. De ahí el apodo con el que le bautizaron en su hogar. 

Por el momento, la Guardia Civil prosigue la investigación de los hechos. La principal hipótesis que manejan es que el hombre atacó a su mujer en presencia del pequeño. Un nuevo caso de violencia de género tras el cual Soto se subió al tejado para arrojarse al vacío. Tal y como había hecho su propia madre. 

Fuente: EL ESPAÑOL

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