El invento de una española para atajar el problema sexual que sufre el 31% de hombres

Lleva vendidas un millar de unidades, cada una a 239 euros. Los más interesados son los catalanes, seguidos de madrileños y vascos
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Según informa Pepe Barahona y Fernando Ruso en El EspañolAlberto tiene 22 años, estudia Psicología y es eyaculador precoz desde que mantuvo su primera relación sexual. Su novia, para no dañarle el orgullo, le restó importancia. “Tonterías”, dijo. Esa era siempre la respuesta. Había veces que duraban 30 segundos y otras, un minuto a lo sumo. Hasta que las relaciones se fueron dilatando en el tiempo para evitar la incómoda situación. Una vez al mes, a veces ni eso. La pareja abortaba cualquier situación que condujese al sexo. Y así iba pasando el tiempo entre búsquedas en Google, la vergüenza de no querer ir a un especialista y la duda de si la eyaculación precoz, aparentemente insalvable, rompería la relación de pareja.

“Claro que afecta, dejas el sexo de lado y te daña la autoestima, porque ves que no eres capaz de satisfacer a tu pareja y que ella sufre un problema que es tuyo”, razona Alberto, que teme dar su nombre real por si alguien lo reconoce. “Trataba de relajarme, había leído que podía ser ansiedad, pero nada funcionaba —recuerda el joven—; yo apenas duraba y ella no llegaba al orgasmo. Pensé que me dejaría”.

Por fortuna para él, una búsqueda en Google lo condujo a MyHixel, una empresa sevillana que ha desarrollado una terapia para controlar la eyaculación de forma natural y sin fármacos. El secreto: la combinación de un masturbador y una aplicación para teléfonos inteligentes similar a un entrenamiento conducido.

Ocho semanas después de usarlo Alberto ha multiplicado por siete la duración de sus relaciones sexuales: “unos seis o siete minutos si ella está encima; cinco si el que toma el mando soy yo”. Su relación ya ronda los entre ocho y diez minutos de la media mundial y ahora ambos buscan el sexo. “Lo hacemos una o dos veces a la semana y ya no voy con ese estrés de antes; ya no tengo presión, trato de aplicar lo aprendido. Ahora disfruto yo, y también ella”, zanja.

Alberto no lo sabe, pero debe la mejoría de su vida sexual a una sevillanaque estudió la diplomatura de Turismo, aunque acabó trabajando en una empresa de juguetes sexuales masculinos. Llevaba el departamento comercial y de marketing con distribuidores y mayoristas de Europa. Tiene 36 años y se llama Patricia López Trabajo.

“Hablaba con los clientes y me demandaban productos vinculados a la salud, a las terapias, pero nosotros estábamos muy enfocados a la parte lúdica”, recuerda la sevillana, CEO de MyHixel. El creciente interés de los mayoristas europeos en juguetes sexuales que tuvieran un propósito más allá de la mera diversión provocó en ella la curiosidad, que trasladó a su empresa sin mucho éxito. “Por el modelo de negocio no era una opción para ellos”, justifica.

Masturbadores más allá de la diversión

Empezó a mantener conversaciones con urólogos del hospital Virgen del Rocío de Sevilla para introducir los masturbadores en los procesos de fertilidad, sin que aquello llegase nunca a cuajar. En paralelo, aparecieron otros investigadores del Instituto Sexológico Murciano y de la Universidad Miguel Hernández, con el sexólogo clínico Jesús Eugenio Rodríguez a la cabeza, y los profesores Juan Carlos Marzo y José María Piqueras, del Departamento de Psicología de la Salud. Estos últimos llevaban desde el año 2015 trabajando en un protocolo de tratamiento para la eyaculación precoz.

Los investigadores descubrieron que incluyendo los masturbadores en su terapia cognitivo conductual mejoraban ampliamente sus resultados y empezaron a trabajar con Tenga, una marca de juguetes sexuales masculinos con prestigio internacional. “Pero, claro, imagínate los problemas que suponía para ellos tratar con los japoneses”, apunta Patricia a EL ESPAÑOL. “Así que buscaron a la empresa para la que yo trabajaba”, recuerda.

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