Opinión

Sí, había agricultores

En todas las sociedades hay héroes. Estamos acostumbrados a que sean actores, deportistas y, en general, personas que tienen una gran repercusión mediática. Hay algunos países en los que los héroes no son personas conocidas o reconocidas sino colectivos que representan lo mejor de la sociedad o los valores de un país. De esto hablaba hace unos días en el diario El País, su corresponsal en París, Marc Bassets en un delicioso artículo (http://elpais.com/elpais/2017/03/13/opinion/1489411515_793755.html), de recomendada lectura.

El autor hace un paralelismo entre lo que sucede en algunos actos públicos en Estados Unidos y lo que ocurre en Francia. En cuanto al primero, el autor evoca la mención habitual a los veteranos de guerra, en los que una mayoría de la sociedad estadounidense reconoce los mejores valores de aquella sociedad.  Pero el corazón del mensaje, que el corresponsal traslada con virtuosismo, a los lectores, tiene que ver con Francia y con los agricultores.

Lo que en Estados Unidos pasa con los veteranos ocurrió recientemente en Francia con los agricultores en un mitin de Fillon, uno de los candidatos a la Presidencia de la República. Uno de los oradores preguntó a los asistentes si entre el público había agricultores.

No puede haber mensaje más contundente de lo que los agricultores representan en Francia. En realidad, lo representan en otros lugares de Europa, también en España. La diferencia es cómo la sociedad reconoce su papel. Europa es un continente, de alguna forma, rural. El origen de nuestra cultura está en el medio rural, en los pueblos, donde se esconde lo mejor de nuestro patrimonio artístico, resultado de siglos de evolución. Pero también, gracias a nuestros agricultores y ganaderos, de nuestro patrimonio agrícola y ganadero -variedades vegetales y razas autóctonas-, de los productos vinculados al territorio y a procesos de elaboración “endémicos” -lo que hoy conocemos como denominaciones de origen e indicaciones geográficas- y de nuestra gastronomía.

Incluso, los agricultores y ganaderos son los responsables del paisaje, del medio ambiente y del territorio rural, tras años de actividad agraria.

Hoy, hablamos de seguridad alimentaria, de calidad, de sabores únicos, de actividad económica en nuestros pueblos o de guardianes del territorio y el medio ambiente, porque en nuestra sociedad y en nuestro país, sigue habiendo agricultores.

Ahora que estamos en un momento de reflexión sobre la futura Política Agraria Común (PAC) es una buena ocasión para recordar a los consumidores -los que con sus impuestos financian -financiamos- las políticas públicas, incluida la PAC- lo importantes que son los agricultores. Y no solo porque esto debe servirnos para argumentar la necesidad de que no disminuyan los fondos para financiar la PAC. También, porque se trata de un reconocimiento de justicia.

En Francia, un país con unos 300.000 perceptores de la PAC -una cifra muy inferior a la española, que está en torno a los 800.000- sí se reconoce con justicia a los agricultores. En el mitin de Fillon, se evocaba su relevancia con la siguiente afirmación, dirigida a ellos: “Vosotros alimentáis a Francia”. El hecho de que fuera en un mitin del candidato cobservador no es relevante. Todas las fuerzas políticas francesas reconocen a los agricultores. De hecho, ninguno de los candidatos y, por supuesto, ningún Presidente de la República Francesa deja de visitar, todos los años, el Salón de la Agricultura que se celebra en París. Así ha sucedido también este año.

Los agricultores son, como colectivo, los héroes de un país, símbolo del medio rural, de los productos de calidad vinculados al territorio y de la gastronomía. Y la sociedad francesa sabe reconocerlo.

Aquí nos queda mucho por hacer. En un país que abandonó su medio rural en las décadas de los 50 y 60 del siglo pasado y que, de alguna forma, se olvidó de sus orígenes y de sus agricultores, todavía hay que invertir muchos esfuerzos, para cambiar la forma en que percibimos el medio rural y a los agricultores que, por cierto, han demostrado en las últimas décadas una enorme capacidad de resiliencia y de innovación. En realidad, pocos empresarios innovan hoy, más que los agricultores, que debería ser, al contrario de lo que sucede ahora, un motivo mas de orgullo para todos.

En la reforma de la PAC que se avecina vamos a debatir -y pelear- por los fondos, la forma en que gestionamos los pagos directos, la política de mercados o el desarrollo rural. Todo, sin duda, es importante. Pero es mucho más relevante, comunicar a la sociedad que los agricultores y ganaderos son indispensables para nuestro futuro.

Ojalá un día sean, como en Francia, ¡nuestros héroes!

Y, sí, en el mitin de Fillon, había agricultores. Y, claro, recibieron una ovación. La de toda la sociedad francesa.

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