El secretario general de la Federación Española del Vino (FEV), Pau Roca, ha defendido que un producto como el vino tiene que ser diferenciado del resto de bebidas alcohólicas, porque tiene una conducta propia de consumo y es un producto agrícola, a diferencia del resto que son industriales.
Roca, que presenta su candidatura a la Dirección General de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV), ha recibido este martes el apoyo del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page.
Tras la reunión mantenida en Toledo ha agradecido este respaldo, que viene precisamente de la región vitivinícola más importante de España.
Para Roca, es muy importante la defensa de un producto como el vino, que tiene que ser diferenciado del resto de bebidas alcohólicas.
"Tenemos muchos ataques desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otros ámbitos, y problemas de circulación entre países, al ser el vino un producto muy internacionalizado", ha explicado.
La tendencia del consumo mundial es muy positiva y se calcula que en el año 2030 es posible que haya un déficit de producción, pero en este momento, ha señalado, hay que defender que el consumo de vino es algo legítimo y, en este sentido, la Organización Internacional de la Viña y el Vino tiene un papel de interlocutor ante otros organismos gubernamentales internacionales como los de la Salud o el Comercio.
Ha defendido asimismo que el vino, aun siendo una bebida alcohólica", tiene "una gran defensa" económica al estar en la base y en la sostenibilidad, por su identificación y su compromiso con el territorio.
Pau Roca ha explicado que para dirigir la OIV, además de él, se presenta otro candidato, de Nueva Zelanda, y ambos representan dos modelos confrontados.
Por un lado, el del Nuevo Mundo, del que también hay que aprender muchas cosas, pero que no considera que la regulación sea un elemento diferenciador del sector, y por otro lado, el modelo europeo, que defiende que el sector productor debe estar amparado y tutelado por una regulación.
