ENTREVISTA

Doctor en Microbiología: hay que bajarse del pináculo y explicar la ciencia

El doctor en Microbiología, Genética y Fisiología Enrique Royuelo defiende que la ciencia tiene que estar "en consonancia" con la sociedad y si para conseguirlo "hay que bajarse del pináculo, pues se baja uno y lo explica", porque es una "obligación" del científico explicar el conocimiento a la sociedad.

El conquense Enrique Royuela era investigador en el Centro Nacional de Microbiología pero ha dejado "en barbecho" el laboratorio y los clones de virus para lanzarse a la divulgación, ha dicho a Efe en una entrevista aprovechando que apadrina, en Toledo, la iniciativa 'Ciencia a la carta', integrada por científicos que se han propuesto divulgar.

En su actual faceta, es cofundador de las revistas 'Principia' y 'Principia Kids' y de la plataforma web Principia, a la vez que comisario de la exposición 'Ciencia de acogida', que se ha prolongado hasta el 26 de noviembre en el CentroCentro, en la madrileña plaza de Cibeles, y ya supera las 40.000 visitas.

Royuela ha dejado claro que divulgar no es nada nuevo porque ya lo hacía Ramón y Cajal en el Café Suizo de Madrid y mucho antes otros "grandes" divulgadores que consideraban prioritario hacer disponible el conocimiento.

"Una de las lacras de la divulgación es la gente que se empeña en comunicar como si estuviera hablando con otros microbiólogos o físicos, para eso ya existen reuniones, congresos y seminarios científicos. Cuando vas a un foro donde la gente no tiene esos conocimientos tienes que modificar tu mensaje y variar tu lenguaje: es lo que intentamos hacer", ha afirmado.

Royuela defiende que "el rigor y la esencia" no se pierden "si uno no quiere", con independencia de que se haga divulgación mediante un relato o un ensayo, y resume que, básicamente, a la gente "no le gusta cómo le cuentan la ciencia y relaciona ciencia con algo muy rollo y exclusivo de una gente rara, que habla raro y entre ellos".

Frente a quienes opinan que divulgar es "bajar de rango la ciencia", ha argumentado que pensando así ha sucedido lo que se ha visto, que problemas como los recortes a la ciencia "a nadie le importa" porque la gente no entiende el "retorno" del gasto en investigación.

"Dentro del mundo de la ciencia, los científicos que se dedican a hacer divulgación son como los pringados, unos científicos mediocres", ha reflexionado con ironía, pero luego esa divulgación logra "que la sociedad se conciencie de la importancia de la ciencia".

Ha criticado, en este sentido, la "pérdida del punto de vista humanístico en las ciencias", que se aprecia en esa "separación absurda entre ciencias y letras" que ha habido durante décadas, cuando lo cierto es que es "una obligación de la ciencia decir a los ciudadanos qué se está haciendo con sus impuestos y cuál es el retorno que eso tiene".

Este científico llama la atención sobre el cambio surgido en unos años, ya que ahora para acceder, por ejemplo, a uno de los prestigiosos contratos Marie Curie, se exige haber hecho divulgación científica, lo que evidencia que las directrices europeas "están claras".

"La ciencia tiene que estar en consonancia con la sociedad, no pueden ir separados. Y para que eso suceda, si hay que bajarse del pináculo uno, se baja y lo explica, como puede y cada uno con sus recursos. No digo que todos los científicos tengan que divulgar, ni mucho menos, pero tiene que existir esa divulgación y a quien quiera hacerlo se le tiene que facilitar y se le tiene que tener en cuenta", ha dicho.

Sostiene que se ha perdido "la perspectiva" y algo tan básico como que para comunicar se necesita un emisor y un receptor, "y si el receptor no recibe el mensaje, la comunicación falla".

Un pequeño ejemplo ligado a este momento del año es hablar de otoño y química, de cómo están implicados los compuestos químicos de las hojas para ofrecer los colores asociados al otoño, destaca Royuela en esta entrevista el día en que se conmemora a san Alberto Magno, patrón de las ciencias.

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