El día que un avión de Air Canadá averiado y un caza sobrevolaron Fuentelespino

El vuelo AC837 despegó de Barajas el lunes 3 de febrero a las tres de la tarde, pero las averías en el tren de aterrizaje encendieron las alarmas en el avión, con 138 personas a bordo, que sobrevoló Castilla-La Mancha a baja altura, dando vueltas para gastar combustible y evitar un aterrizaje pesado, con riesgo de incendio
El avión de Air Canadá aterriza de emergencia sin problemas en el aeropuerto de Barajas
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La rotura de una rueda y el fallo de un motor truncaron, el 3 de febrero, los planes del Air Canadá con destino Toronto, que junto a un caza del Ejército permaneció cuatro horas en el aire a la espera de aterrizar. "Era un sonido anormal", asegura un vecino de Fuentelespino de Haro (Cuenca), el punto más alejado donde se vio.

El vuelo AC837 despegó de Barajas el lunes 3 de febrero a las tres de la tarde, pero las averías en el tren de aterrizaje encendieron las alarmas en el avión, con 138 personas a bordo, que sobrevoló Castilla-La Mancha a baja altura, dando vueltas para gastar combustible y evitar un aterrizaje pesado, con riesgo de incendio.

"Estaba al loro", dice Antonio, uno de los pocos testigos que lo avistó, acompañado del caza F-18, en Fuentelespino, el pueblo de unos 300 habitantes donde el experimentado piloto giró para regresar a Madrid. "Se veía perfectamente el letrero de Air Canadá", resalta.

Sobre las seis de la tarde, cuando gestionaba pedidos en el ordenador de su farmacia, la única del pueblo, escuchó un ruido "fuerte", un sonido que describe como "anormal" en una zona en la que "no suelen pasar aviones, y si lo hacen no te das cuenta".

Antonio dejó el ordenador para comprobar qué ocurría en la calle, que sin embargo estaba desierta, como el resto en Fuentelespino, donde en temporada de trabajo apenas vive un centenar de personas. 

Sabía por la televisión que el Air Canadá había solicitado volver a pista en Barajas después de tener problemas al despegar, por lo que salió a la puerta al oír el ruido. No podía ser otra cosa, pensó, "no hay muchos cazas por ahí escoltando aviones".

Le bastó con mirar al cielo, mientras grababa con su móvil al avión tras la estela del caza, tan diminuto a su lado como un tiburón tras su presa, que se perdió de vista en cuestión de minutos. "Mucha gente del pueblo ni se enteró hasta que no le llegó mi vídeo", comenta.

Sin salir de la provincia, cerca de Fuentelespino, en Tarancón, el vuelo AC837 se convirtió en una rutina por la veintena de vueltas que dio sobre la localidad desde primera hora de la tarde hasta el anochecer.

"Mantuvo rumbo, altitud y velocidad, no podía ser otro", señala Jesús, estudiante, que difundió en redes sociales varios vídeos del avión captados desde el balcón de su casa.

En cambio, su testimonio rechaza que el sonido fuera fuerte, sino que era "totalmente normal", en parte porque cuando se puso a grabar, después de enterarse de que Tarancón era tendencia en las redes, "el F-18 ya se había retirado", recuerda.

Fuentes del gestor de la navegación aérea Enaire han indicado a Efe que los controladores de Barajas desviaron la aeronave averiada hacia Castilla-La Mancha porque era una región menos montañosa que la zona norte de la Comunidad de Madrid.

Una elección adoptada, según explican, por tratarse de una zona próxima al aeropuerto que no dificultaba el tráfico de aviones.

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