Destapan de qué viven Rocío Carrasco y Fidel Albiac mientras se dedican a la persecución judicial

El matrimonio ha buscado su parcela en el negocio que generaba la cantante y madre de Carrasco, Rocío Jurado
Destapan de qué viven Rocío Carrasco y Fidel Albiac mientras se dedican a la persecución judicial
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Según informa ABC, el mundo de los negocios siempre ha sido la mejor salida para los famosos que son conscientes de que con su nombre pueden hacer caja.

Tanto en vida como después, Rocío Jurado siempre ha sido la gallina de los huevos de oro para su familia. La cantante nombró a su hija Rocío Carrasco como heredera universal de su patrimonio musical, así como de todas sus pertenencias personales y profesionales. También la beneficiaba con el apartamento que tenía en Miami, además de la mitad del otro que compró cuando ya estaba casada con José Ortega Cano

A la hija de «la más grande» solo le falta una cosa para tenerlo todo: contar con el cariño de su familia, que desde hace años no quiere saber absolutamente nada de ella y el único que se mantiene a su lado es su marido, Fidel Albiac. Al sevillano muchos le señalan como el artífice de estos distanciamientos con sus hermanos, sus tíos y sus hijos, pero él siempre ha callado. La voluntad de Rocío Jurado, que su familia se mantuviera unida, es desde hace años papel mojado.

Ahora, Carrasco no quiere saber nada de nadie y vive al margen del ruido mediático que ha generado la participación de su exmarido, Antonio David Flores en «Gran Hermano Vip» y la defensa de su hija, Rocío Flores, en los platós de Telecinco.

Durante años, tanto Rocío Carrasco como Fidel Albiac han buscado su parcela en el negocio que generaba Rocío Jurado

Así, a principios del 2000, Rocío Carrasco comenzó trabajando en el programa de María Teresa Campos en «Telecinco», labor que compaginaba con promociones de una inmobiliaria. Un tiempo que coincidió con los inicios en su relación con Fidel Albiac, que entonces no se le conocía ocupación alguna y de ahí que el sevillano se convirtiese en el centro de muchos dimes y diretes. Aspirante a policía nacional, al poco tiempo de comenzar su relación fundó una empresa que se dedicaba a «la promoción, representación y  explotación de derechos de imagen», y que tenía como administrador único, con lo que logró convertirse en un empresario de éxito. 

Además, en febrero de 2004 la pareja montó una tienda-delicatessen de productos con denominación de origen para finos paladares, que no llegó a buen puerto. Un año más tarde, la hija de Rocío Jurado se metió de lleno en el mundo de la estética al convertirse en la imagen de los laboratorios Mesoestetic.

A finales de 2006, la pareja se encargó de la grabación del especial que Rocío Jurado hizo para «TVE» esa Navidad. La presencia de Fidel controlando los artistas invitados y hasta las grabaciones del especial dieron en su día pie a que se especulara sobre el final de Amador Mohedano como agente de la chipionera, algo que la propia Jurado se encargó de desmentir. Sin embargo, en julio de 2015, el hermano de la tonadillera publicó unas memorias en las que confesó que le sentó como una puñalada que ellos organizasen la última gala que dio la cantante, ya enferma de cáncer, y con la quimioterapia quemándole las venas. Un proyecto en el que no contaron para nada con él, salvo para acompañar a su hermana a las citas en el estudio de grabación.

En 2014, Carrasco comenzó a trabajar como presentadora en el programa «Hable con ellas». 

Homenajes

La hija de Rocío Jurado en 2011 organizó un homenaje a su madre: «Nacidas para cantar». Un programa en el que la copresentadora fue la propia Carrasco y el productor musical, su pareja.

A principios de 2018 comenzó una gira por toda la geografía española de «Qué no daría yo por ser Rocío Jurado», una obra creada por su hija -colaboradora en las tareas de producción-, su yerno y Pablo Carrasco.

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