Según recoge Informativos Telecinco, Megan, de 11 años, comenzó a experimentar síntomas que alarmaron a sus padres ya que, de un día para otro, comenzó a perder peso y a tener nauseas. Tras diversas pruebas, los médicos no descubrían qué podía tener y es que, la realidad era que quien estaba gravemente enferma era Sophie, su hermana gemela.
"Fue Megan quien nos preocupó. Estaba fantasmalmente pálida y agotada, no era normal en absoluto", explica Rebecca, la madre de las dos niñas gemelas.
Pero quien estaba enferma era Sophie, que tenía un tumor de Wilms en el riñón,un cáncer que afecta a 70 niños al año en Reino Unido, según recoge The Daily Mail.
Megan ha apoyado en todo momento a su hermana, incluso le dijo a su madre que quería cortarse el pelo para acompañar así a Sophie que estaba perdiendo el pelo por el tratamiento de quimioterapia. Pero Rebecca no quiso ya que "Megan es el reflejo de cómo era Shopie".
En diciembre se le extirpó a Sophie el tumor junto al riñón, en una operación que duró siete horas. Ahora está sometiéndose a un tratamiento de quimioterapia que finaliza en junio. Se espera que Sophie evolucione favorablemente ya que este tratamiento es exitoso en el 85% de los casos.
Mientras, su hermana Megan está acudiendo a terapia para tratar de aceptar todo lo que ha ocurrido en estos últimos meses. Y es que, no hay explicación médica para lo que les ha sucedido a las hermanas.
Helen Turier, de la Asociación de Mellizos y Partos Múltiples de Reino Unido, cree que puede tener la respuesta. "Puede ser común que uno se convierta en el 'gemelo cuidador' y tal vez Megan exteriorizó los síntomas que Sophie estaba sintiendo".
