Opinión

Derechos y elecciones

En esta precampaña electoral se van posicionando las distintas opciones políticas, marcando claramente las distancias entre el bloque de derechas y el bloque de izquierdas o social. Ahora que se aproxima la celebración del 8 de marzo, es interesante que las derechas hablen de retrotraer el aborto al año no sé cuántos, si gobiernan, de poner trabas a los derechos de las mujeres, que tanto han costado conseguir, y a los derechos de todos. Y es interesante porque así somos conscientes de que la democracia que conocemos no está consolidada, sino que se gana partido a partido, elección a elección.

Resulta chocante que desde el PP se critique que el gobierno de Pedro Sánchez esté sacando en este período una serie de decretos sociales («viernes electorales», les llaman) sin recordar que M. Rajoy, con mayoría absoluta, llegó a dictar más de 120 decretos en períodos idénticos. Aún están en la mente colectiva los «viernes de dolores» del año 2012, en que cada viernes era una andanada de recortes en la línea de flotación de los derechos y libertades que el pueblo español pensaba que estaban consolidados.

Al oír las quejas de Casado y Rivera sobre estos decretos, no sé qué es lo que les molesta; porque me parece que no se les están adelantando en nada, ya que ninguna de esas medidas sociales es algo que ellos fueran a tomar, de gobernar. Y si se quejan del coste de esas decisiones, y de dónde va a salir el dinero para pagarlas, sorprende que no se preocupen del mismo modo del dinero que se le prestó a la Banca y que aún no ha devuelto, ni del dinero del rescate de las autopistas, ni de lo que costó la operación Castor, ni del dinero de la corrupción que, por cierto, ¿«andandará»? (Dixit José Mota).

Tengo la impresión de que en las próximas elecciones va a haber una alta participación, pues esta vez las izquierdas están movilizadas ya que han visto cortar las barbas del vecino andaluz. Mientras, Ciudadanos y PP están en su pelea a ver cuál se sitúa más a la derecha, cuál le resta más votos a VOX, y su talón de Aquiles es que eso está movilizando a la izquierda, a su pesar.

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