Karis Braithwaite sufría depresión desde los 13 años y tenía un largo historial de intentos de suicidio. El día de antes de su muerte intentó quitarse la vida saltando a las vías del tren, en este caso el tren logró detenerse a tiempo.
Después de este hecho fue ingresada en el hospital y evaluada durante 27 minutos al día siguiente. El personal del hospital no vio claves de riesgo y no creyó oportuno mantenerla ingresada. Fue dada de alta a las 2.30 horas y a las 3.28 horas se quitó la vida en una estación.
Ahora, un informe encontró que Karis "mostró evidencia clara e inequívoca del comportamiento suicida del mayor riesgo" y que "la decisión de dar de alta a Karis tan pronto después del incidente no se basó en información confiable" recogió el medio británico Daily Mail.
"Nuestros sentimientos se ven agravados por el dolor cuando nos enteramos de las formas en que Karis todavía podría estar viva hoy" afirma el padre de la joven.
