El campo español se vuelca en las campañas de fruta con el temor al pedrisco

El campo no ha parado durante el estado de alarma y ahora intensifica su actividad, tras despejarse la incógnita inicial de si iba a haber suficiente mano de obra por las restricciones de movilidad y con más experiencia sobre las medidas higiénicas en el trabajo, que han elevado los costes de producción
Cooperativas valora los precios buenos y rentables en la campaña del melón en CLM
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Sandías, melones, picotas, ajos y melocotones han cogido ya el testigo de naranjas, fresas, manzanas y peras, en una primavera en la que el tiempo ha retrasado campañas -ahora expuestas a episodios de granizo- y en la que la crisis de la covid-19 ha propiciado más consumo de fruta y mejores precios.

El campo no ha parado durante el estado de alarma y ahora intensifica su actividad, tras despejarse la incógnita inicial de si iba a haber suficiente mano de obra por las restricciones de movilidad y con más experiencia sobre las medidas higiénicas en el trabajo, que han elevado los costes de producción.

Como es tradicional en España, la recogida de fruta comenzó en el sur, con las variedades más tempranas, las fresas de Huelva y las sandías y melones de invernadero de Almería.

El responsable nacional de frutas y hortalizas de COAG, Andrés Góngora, no recuerda un mes de mayo con los precios de la sandía tan buenos, una circunstancia que también se ha producido con los cítricos, al ser una fruta poco perecedera que el consumidor ha demandado por su vitamina C en tiempos de coronavirus.

La oferta se ha desplazado ya a la zona interior y al levante; en la Región de Murcia, el pedrisco ocasionó la semana pasada daños que reducirán la producción de sandía y melón prevista para junio entre un 8 % y un 10 %, aunque la asociación Proexport asegura que está garantizado el suministro de ambas frutas este mes.

En verano, Castilla-La Mancha tomará el relevo a Murcia, con una producción menor, pero esta vez por recomendación de la Interprofesional de Melón y Sandía de la región de reducir la superficie plantada para evitar solapamientos de campañas, que van retrasadas.

En la región castellanoleonesa también está en marcha la campaña de ajo, que se inició sin problemas de mano de obra a primeros de mayo en la Campiña de Córdoba, en un momento en el que no había existencias del año pasado y con la competencia del producto chino paralizada por crisis de la covid-19.

En Castilla-La Mancha, Extremadura y Madrid, según la Mesa Nacional del Ajo, las intensas lluvias han retrasado el comienzo de la recogida, y desde la Asociación Nacional de Productores y Comercializadores de Ajo (Anpca) estiman que el volumen de producción será similar al del año pasado.

Los amantes de las picotas disfrutan estos días de un producto de "excelente calidad", según el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida Cereza del Jerte (Cáceres), que vio cómo la lluvia y el mal tiempo reducía su producción de variedades de cereza al principio de la temporada.

Cooperativas Agro-alimentarias de Aragón calculaba a finales de abril que su producción alcanzaría los 43 millones de kg, por encima de los 30 millones de kilos de Extremadura, en una campaña que se inició con las variedades más tempranas en mayo, y que en junio y julio es cuando se intensifica.

La fruta de hueso es el sector más diversificado geográficamente, con Murcia como principal productora de albaricoque; Extremadura, de ciruela; Aragón y Cataluña, de melocotón, nectarina, pavía y paraguayo y las producciones menores de Andalucía, Comunidad Valenciana, Navarra, La Rioja y Castilla y León.

Las estimaciones del sector de fruta de hueso prevén que esta campaña será la más corta del último lustro en España, y entre un 12 % y un 15 % inferior que la de 2019, con cerca de 1,41 millones de toneladas; en Europa, será la menor de los últimos 20 años por las heladas.

Los siniestros contabilizados por Agroseguro entre el 1 de enero y el 5 de junio causaron daños en 32.080 hectáreas de frutales (35.554 ha en el mismo periodo de 2019); 23.177 ha de cítricos (26.084 ha); 28.758 ha de hortalizas (11.082 ha); 8.790 ha de frutos secos (8.790 ha) y 6.719 ha de cerezas (3.675 ha).

A estas superficies hay que añadir los eventos que se hayan producido a partir de esa fecha, entre las que destaca la caída de granizo el pasado 16 de junio en la comarca del Segriá (Lleida), una de las principales zonas productoras de fruta de hueso, donde las pérdidas, según Asaja, son del 100 % en algunas fincas.

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