Condenada a 18 años de prisión por intentar quemar a su hija en Valdepeñas

Dolores P.C., en la última sesión del juicio en la que volvió a defender su inocencia - Fotografía: Clara Manzano/Lanza
photo_camera Dolores P.C., en la última sesión del juicio en la que volvió a defender su inocencia - Fotografía: Clara Manzano/Lanza

La Audiencia Provincial de Ciudad Real ha condenado a 18 años de cárcel a D.P.C. como responsable en concepto de autora de un delito de incendio en concurso ideal con un delito de asesinato en grado de tentativa con agravantes de parentesco, al considerar probado que la acusada prendió fuego a su casa con su hija en el interior con la intención de matarla.

En la sentencia, recogida por Europa Press, la Audiencia la condena igualmente a indemnizar con 55.000 a la propietaria del piso donde la condenada vivía con su hija en concepto de daños.

Como hechos probados, la sentencia aprobada por unanimidad explica que en la tarde del día 31 de marzo de 2012 se encontraban en el interior del domicilio familiar situado en Valdepeñas la madre y su hija, que por entonces tenía 11 años.

Antes de las 23.00 horas, cuando la hija estaba durmiendo, la madre cerró por dentro la vivienda con llave, y con intención de atentar contra la vida de su hija provocó un incendio en el interior del domicilio aplicando llama directa sobre el sofá del salón y sobre la cama del dormitorio principal, estancias ambas separadas por un pasillo, en el centro de las cuales se encontraba el dormitorio donde, con el pijama puesto y en la cama, se encontraba su hija.

La condenada cerró la puerta de los dos dormitorios y del salón, dependencia ésta última donde había dejado su bolso, en cuyo interior guardó las llaves de la casa.

Los vecinos, alertados por los ruidos que generaba el incendio y la llama que salía por la ventana del dormitorio principal, llamaron a los bomberos, que se personaron en el lugar accediendo al domicilio a través de una ventana que se encontraba entreabierta, y que se corresponde con la de una habitación donde estaban encerrados dos gatos y que era contigua al dormitorio en cuyo interior permanecían la madre y la hija.

Continúa la sentencia dando por probado que bomberos que ya se encontraban en el interior sofocando el incendio fueron advertidos por otro compañero que estaba en el exterior, de que dentro del piso había gente, al percatarse de la presencia de la madre, que miraba al exterior a través de la ventana; por lo que se dirigieron al dormitorio donde se encontraba con su hija.

Al entrar en la habitación, la hija, que seguía durmiendo, se sobresaltó por la presencia de los bomberos, quienes procedieron a evacuarla por la ventana, al igual que después lo hicieron con la madre.

Los bomberos pudieron comprobar que excepto en el dormitorio de la menor, en las estancias del domicilio familiar, incluido el pasillo distribuidor, se encontraban apiladas gran cantidad de ropas, libros y revistas, así como velas encendidas a lo largo del pasillo, sobre la alfombra e incluso encima de las sillas.

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