Un coche fúnebre para en el Burger King para cumplir el último deseo del hombre muerto

Había frecuentado ese lugar con uno de sus hijos desde la muerte de su esposa y quiso pasar por allí también en su último viaje

Un coche fúnebre para en el Burger King para cumplir el último deseo del hombre muerto
photo_camera Un coche fúnebre para en el Burger King para cumplir el último deseo del hombre muerto

Las últimas voluntades de las personas que van a fallecer son siempre peticiones que hay que tener muy en cuenta. En muchas ocasiones se trata de peticiones para que se cuide de alguien cercano a quien se va a dejar solo, ya sea una pareja o un hijo; pero hay ocasiones en las que las personas sorprenden con sus deseos para cuando hayan cruzado al más allá.

Es el caso de Leonard Durkin, un británico que falleció el pasado 28 de mayo a los 71 años de un ataque al corazón después de una larga enfermedad. Leonard había dicho a Peter, uno de sus seis hijos, cuál sería su mayor deseo cuando falleciera, aunque a éste no le sorprendió: quería que el coche fúnebreque le llevara al cementerio parara en el Burger King.

La historia puede parecer una locura, pero es real como la vida misma. Ha sucedido en Leeds, al norte de Inglaterra, y la ha contado el propio Peter a LadBible: “Papá tenía un enorme sentido del humor y antes de morir dijo que quería hacer esto; seguro que se estará riendo un montón allá arriba”.

Un lugar especial

La historia tiene su trasfondo. La mujer de Leonard y madre de Peter falleció hace dos años y, desde entonces, cada vez que padre e hijo iban a visitarla al cementerio paraban a la vuelta en un Burger King que había de camino para comer algo juntos. Y Leonard decidió que el día que él se fuera, volvieran a parar en ese restaurante.

Así que ni cortos ni perezosos, la comitiva fúnebre se puso en marcha y, de camino al cementerio, se desvió al Burger King. Entró por el carril reservado a los pedidos para llevar y encargaron su hamburguesa favorita, una doble con queso y bacon que es la que siempre se comía con su hijo. Cuando la empleada se la dio, se bajaron del coche y la colocaron en lo alto del ataúd junto a las flores.

Peter recuerda que “la gente en la calle y dentro del restaurante hacía esfuerzos para no mirarnos. No podían creer lo que estaban viendo. Pero la chica que nos sirvió en la ventana actuó como si fuera algo habitual, ni siquiera levantó una ceja". A continuación, la comitiva volvió a su camino y enfilaron hacia el cementerio, donde Leonard fue incinerado.

No sólo eso: cuando el ataúd fue incinerado, lo hizo al ritmo de la música de Johnny Cash ‘Ring of Fire’ (Anillo de fuego), otro guiño de humor de Leonard. Todo salió perfectamente, en parte porque Adrian Benson, el encargado de la funeraria, lo había previsto todo e incluso había ido el día antes del funeral al Burger King para confirmar que el coche fúnebre podría circular sin problemas. Todo un profesional que “da a la gente exactamente lo que quiere”.

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