La chica que sufrió tres años de dolor crónico por hacerse este tatuaje con las defensas bajas

Las personas con un sistema inmunológico comprometido deberían conocer los riesgos que conlleva para ellos tatuarse, advierten los especialistas que la trataron

La chica que sufrió tres años de dolor crónico por hacerse este tatuaje con las defensas bajas - EL ESPAÑOL
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Según informa Paolo Fava en EL ESPAÑOL, a sus 31 años, la protagonista de nuestra historia ya conocía de cerca a la muerte. En 2009 había recibido un doble trasplante de pulmón a causa de una fibrosis cística. Puede que por ello se sintiese inspirada por la tierna y vitalista fábula gótica de Tim Burton, Pesadilla antes de Navidad, y decidiera inmortalizar la historia de amor de sus protagonistas con un tatuaje en su pantorrilla izquierda. No era primeriza: ya se había tatuado la derecha años antes de la operación, y en su Glasgow natal, donde el tatuaje es casi un requisito de cultura urbana, no faltan artista que ofrecen sus servicios con higiene y garantías.

La única reacción que experimentó en un primer momento tras tener a Jack y Sally entintados en la piel fue una moderada irritación en la piel, algo completamente normal. Pero al noveno día, la joven empezó a sentir dolor en la pantorrilla y la rodilla sin haber sufrido golpes ni haber realizado ejercicios que lo justificase. Tuvo que recurrir a analgésicos, pero cuando el paracetamol no fue suficiente tuvo que recurrir a opioides como el tramadol.

El dolor se extendió por el muslo hasta la cadera y a los diez meses se la derivó a una clínica de reumatología. La paciente explicó que encontraba algo de alivio haciendo ejercicio, algo que sorprendió a los especialistas, aunque sufría de continuo y tenía problemas para dormir. Los especialistas la sometieron a diversos análisis que no encontraron indicios de infecciones bacterianas o fúngicas, ni tampoco de carencias elementales.

Fue cuando llegó el turno de los cirujanos ortopédicos y se optó por una biopsia del músculo de su muslo cuando se acertó con el diagnóstico: miopatía inflamatoria, la inflamación crónica de los músculos que viene acompañada frecuentemente con dolores musculares y debilidad. En muchos casos su origen permanece dudoso, pero en este caso, descrito en la última edición de la revista BMJ Case Reports, los médicos apuntaban a dos culpables: el tatuaje por un lado, el sistema inmune deprimido de la paciente por el otro.

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