Según recoge la revista Lecturas, se ha convertido en la revelación televisiva de la temporada. Lorenzo Caprile tendrá gran responsabilidad en la más que probable renovación de Maestros de la costura para una segunda temporada. El modista ha ejercido de jurado y líder en el espacio presentado por Raquel Sánchez Silva. Su espontaneidad, su carácter, su humor y, sobre todo, su talento a la hora de llevar a los aprendices han hecho que el show se posase con comodidad sobre sus hombros. Ahora nos colamos en la que es su residencia desde hace ya casi diez años: un hotel en el centro de Madrid. Desde luego, la sorpresas Caprile no paran...
Lo ha contado en numerosas ocasiones. Hace ya casi diez años, Lorenzo Caprile decidió instalarse en un hotel y hacer de ello su modo de vida. ¿Para qué tener los engorros de una casa cuando puedes vivir cómodamente en una habitación? El diseñador y jurado de Maestros de la costura tiene muy claro los motivos de esta peculiar elección. “Servicio de limpieza, alguien pendiente de ti las veinticuatro horas, no tengo que poner alarma, si se me pierden las llaves no pasa nada...”, explica en el programa Mi cámara y yo.
El diseñador ha abierto las puertas de su habitación para mostrarle al mundo su casa. “Vivo en un hotel, sí”, afirma sonriente. “Porque tengo mucha intimidad, es muy silencioso, está bien situado, me tratan como un rey... Me han dado todas las facilidades”. Caprile habita en una única estancia, con una cama de 90, un escritorio, una televisión y estanterías repletas de sus libros, su segunda pasión. “Ya son casi diez años viviendo aquí. Me lo han dejado personalizar a mi gusto y me encuentro como en casa... ¡Es que es mi casa!”.
“Estás solo pero, al mismo tiempo, estás acompañado”. Caprile considera al equipo del hotel como una segunda familia. Además, está cerca de la propia, la carnal, y de su estudio. Tiene tranquilidad para trabajar, concentrarse y dibujar. “No veo la diferencia a vivir en un hotel o en una casa”, reconoce. Ni siquiera los contratiempos lógicos -por ejemplo, ¿y si tiene hambre en mitad de la noche?- le perturban. Ha hecho de esa habitación su residencia y está más contento que nunca. Las vistas a un antiguo palacio también ayudan.
Fotografías de su familia, un busto de Cervantes y su teléfono móvil de la vieja escuela le acompañan a diario. Un entorno modesto para uno de los diseñadores más cotizados de las últimas décadas.
Fuente: Lecturas
