El arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez, ha afirmado que el hombre no debe dejarse dominar por "las cosas de este mundo", pues, a su modo de ver, preocuparse sólo por el trabajo o las diversiones conduce a los católicos a perder el horizonte de Dios y creer en él es, a su juicio, lo que "cura la desesperación".
En su escrito semanal a la Archidiócesis de Toledo, Rodríguez ha animado a los católicos a vivir el adviento, tiempo de preparación a la navidad que comenzó el domingo 2 de diciembre, con esperanza, pues "una vida esperanzada es una vida abierta, que supera la caducidad de cada momento y se afirma continuamente con la fuerza creadora de la libertad y del deseo, mirando hacia adelante".
Y la esperanza cristiana, a juicio de Braulio Rodríguez, no se manifiesta cuando el hombre se deja dominar por las cosas del mundo, por las diversiones o el juego o por el trabajo.
En esos casos, el hombre pierde, en su opinión, el horizonte de Dios y las verdaderas dimensiones de la vida, de modo que ha agregado: "Quien vive sin Dios termina viviendo sin esperanza, sometido al engranaje anónimo de la vida sin sentido ni dirección".
Según el arzobispo toledano, "la fe cura la desesperanza" y, por eso, "quien espera tiene razones para luchar" ya que, desde su punto de vista, los bienes que el católico espera alcanzar les hacen "amables las duras horas del trabajo o de los sinsabores".
